Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


¡A hacer puñetas…!

11/07/2022

Se acababan de conocer los datos de desempleo del mes de marzo. Tres mil parados más en términos desestacionalizados. El Instituto nacional de estadística confirmaba que los precios habían subido nueve con ocho puntos comparados con los del año anterior. La inflación quedaba en su nivel más alto desde mil novecientos ochenta y cinco. Las tarifas de electricidad superaban en más de un quinientos por cien a las de hace un año. El precio del megavatio hora de gas había aumentado de diecisiete con treinta y seis euros, a ciento veintitrés con setenta, en los últimos doce meses. ¿Postpandemia…? ¿Guerra en Ucrania…? El señor Álvarez, don José María, más conocido por Pepe, o mejor por sus fulares, no perdió la oportunidad de amenazar a la señora Calviño, doña Nadia, palmera y ministra de Economía a tiempo parcial: ¡O se controlan los precios, o el Gobierno garantiza que esta espiral de inflación empieza a bajar de manera importante, o los sindicatos nos tendremos que movilizar…! La advertencia del secretario general de la UGTE no se hizo viral. Cierto. Los responsables del diseño de las camisetas históricas de la UGT todavía no se han atrevido a poner la cara de Pepe y quitar la de Pablo Iglesias. Pero el ultimátum quedó escrito. Y grabado. Esta semana pasada, tres meses después, se han confirmado los peores augurios del visionario sindicalista. La amenazada, señora Calviño, doña Nadia, lo ha explicado el lunes. Sin anestesia. ¡Los próximos trimestres van a ser complejos…! Ha dicho. ¡Las noticias que venimos teniendo respecto a la evolución de los precios no son positivas…! ¡Tenemos que prepararnos y trabajar con un escenario de inflación más persistente y elevada…! Trabajar. Sí. Ahí es nada. La palabra mágica de los sindicatos. La que lleva veintidós años dando de comer marisco público a todos sus líderes. Será por eso que a don José María le ha faltado tiempo. Y se ha subido el miércoles a responder en un ambón. Sin fular. A pecho descubierto. Ha demostrado que lo que le falta es estrenarla, y lo que le sobra es vergüenza: ¡Que se vayan a hacer puñetas…! Ha dicho ¿Recesión…? ¿Crisis…? ¡Vamos a disfrutar del verano…! ¡Es nuestro, porque nos lo hemos ganado…! Y lleva razón. ¡Anden a hacer puñetas…!