Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


El sufrimiento

15/02/2021

La gran pregunta no es ¿cuál es el sentido de la vida?, sino ¿cómo podemos liberarnos del sufrimiento? No lo digo yo, lo afirma Yuval Noah Harari en 21 lecciones para el siglo XXI, tercera entrega de su trilogía de ensayos tras Sapiens y Homo Deus acerca de quiénes somos, cómo funciona el mundo, hacia dónde nos dirigimos y muchos asuntos más de gran calado e interés para quien se haga este tipo de preguntas. La cuestión no es baladí, y menos aún en estos tiempos en los que los niveles de sufrimiento colectivo están al alza, aunque su gestión sea individual en función de los recursos que cada uno tenga. Mi experiencia me dicta que no podemos liberarnos del sufrimiento, pero sí podemos gestionarlo con diferente acierto. 
Existe un sufrimiento inevitable y es el que la vida nos entrega sin preguntarnos, ese que surge inesperadamente, por sorpresa, y te deja noqueado: se apagan las luces, te quedas suspendido en el vacío y casi todo pierde su sentido. No lo elegimos, aparece, y no acierto a saber cómo podemos liberarnos de esta forma de sufrimiento que emerge sin nuestro consentimiento.
Y hay un sufrimiento evitable, el elegido por nosotros, el que sostenemos voluntariamente cuando perpetuamos nuestro rol de víctima tras algún desgraciado acontecimiento y lo mantenemos indefinidamente. De este sí nos podemos liberar no atándonos a él, transformándolo en un dolor con el que aprendemos a convivir serena y pacíficamente.
En la situación actual podemos preguntarnos por qué ha pasado esto, pero los porqués son preguntas cerradas que no tienen respuesta. Mejor interrogarse para qué y, ahí, la inteligencia individual y colectiva puede encontrar respuestas seguramente con bastante acierto. Las buenas preguntas crean un espacio para que surjan buenas respuestas y eso ayuda a mitigar el sufrimiento. 
Afortunadamente, en la cocción a fuego lento en que consiste vivir hay otros ingredientes además del sufrimiento: algo de picante, hierbas aromáticas o medicinales, todo ayuda para suavizar el sabor amargo de la danza de la vida.
Dice Harari que para liberarnos del sufrimiento hay que entender la vida tal cual es. Al final puede que esa sea la pregunta: ¿sabemos en qué consiste vivir?