Gastado y disfrutado todo el carnaval, nos adentramos en la cuaresma; tiempo de reflexión y arrepentimiento; preparación para la Semana Santa. Que coincidió en su inicio –el miércoles de ceniza- con el adiós de Aranda a uno de sus políticos locales más relevantes: Ricardo García García-Ochoa -un joven Oficial Mayor (letrado municipal desde 1971)-, que se convirtió en el primer alcalde de la democracia (UCD, 1979-1983); en el siguiente mandato en la oposición, y revalidando después la alcaldía (CDS, 1987-91), tras lo cual regresó a su labor profesional anterior. Ejemplo de logros muy importantes para nuestra Villa, tanto a iniciativa del propio consistorio con su equipo, como de las otras administraciones. Al funeral, además de sus familiares, asistieron numerosos conciudadanos del finado -cuyo féretro estaba arropado con la bandera de Aranda y el bastón de regidor-, así como de compañeros políticos (los suyos y de otros grupos de la oposición), unidos –en su día- por lograr lo mejor para la capital de la Ribera y su entorno. Tras una larga enfermedad, Ricardo -alcalde y amigo- ya D.E.P.

Más: en la cuaresma política no ha habido propósito de enmienda de los mandamases locales -comandados por la alcaldesa, Sra. González- para retornar a su puesto a la letrada de obras (despido nulo decidido por el juzgado de lo Social) mientras dicta sentencia el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (¿se hacen los locos…?). 

Asimismo, la han tomado con el delegado sindical de los bomberos –que siguen manifestándose por sus reivindicaciones sin atender-, a quien se ha abierto un expediente disciplinario que le puede hundir. El CSIF ha dicho -en una nota- que solo es portavoz del sentir de sus compañeros, calificando el asunto como una operación de acoso y derribo para acallar a los insumisos. ¡Negociar, y no amedrentar e imponer…!

PD.- Al día de hoy (y entre otras muchas carencias), seguimos sin PGOU y sin presupuestos 23. ¡Aranda va bien…!