Fernando Trespaderne

Erre que erre

Fernando Trespaderne


A los cuarteles de invierno

23/10/2020

Tras las escaramuzas estivales, no exentas de algún que otro exceso, de nuevo nos encontramos ante el peor de los escenarios y el lenguaje militar vuelve a martillear nuestros oídos para hacer frente a una pandemia que no da tregua y nos manda a los cuarteles de invierno para rearmarnos ante un enemigo invisible que sigue acechando a la vuelta de la esquina y conoce bien nuestros flancos más débiles. 
Los que no parecen conocer esas debilidades, con el fin de rearmarnos, son los mandos políticos que están al frente de esta guerra en la que todavía no hemos ganado ni una sola batalla, todo son derrotas que nos obligan a volver a replegarnos con la convicción de que esto acabará, no con vacunas,  cuando la covid-19 se canse, por aburrimiento, de infectarnos o nos contagiemos todos. 
Mientras llega ese día, los políticos siguen a lo suyo, gresca en el Parlamento y defensa de posturas partidistas, además de seguir subiendo el tono de su lenguaje militar, aunque me temo que muy pocos hicieron la mili, y ahora introducen (copiando de otros países porque iniciativa tienen más bien poca) el término toque de queda. Qué tiempos aquellos en los que sonaba ese toque de queda y nos apagaban la luces, aunque en la clandestinidad -y con la permisividad del cabo cuartel- seguíamos con la juerga y unos pocos de guardia en la garita... más o menos como ahora. Espero que la escalada militar se pare aquí porque lo siguiente ya es el estado de sitio... y por ahí yo ya no paso.
Para estos días de obligado confinamiento y quien sabe si de toque de queda, escuchen a Vestusta Morla: «Cuarteles de invierno rompiendo su silencio. Muñecas de hielo, testigos de este encierro. Fue tan largo el duelo que al final casi lo confundo con mi hogar».