Pedro del Barrio

Pretérito Imperfecto

Pedro del Barrio


Mi graciosa Catedral

08/07/2021

Al acercarse el martes 20 de julio, Ochocientos Aniversario de la puesta de la primera piedra de nuestra Catedral, le dedico este artículo y, en especial, a quienes en estos ocho siglos lograron engrandecer este bello edificio. Y es que, de entre todas las catedrales góticas de nuestro país, hay que reconocer que la de Burgos tiene un algo, fruto de esa mezcla de estilos y detalles que la hacen destacar de entre las demás. Emociona ver que en estos 800 años, sillar a sillar, gárgola a gárgola, pináculo a pináculo, se haya logrado un monumento que ha imprimido carácter a los burgaleses y asombrado a los allegados. Recuerdo a mi tío Pedro Riaño Campo, canónigo que fue de esta Catedral, y luego abad de Jerez de la Frontera, que nos decía: «León, la hermosa; Burgos, la graciosa, y Toledo, la majestuosa». Y sobre su tamaño comentaba: «Burgos la joya y Sevilla el joyero», por lo bonita que era, a la par que pequeña, en comparación con otras catedrales. Con él me aficioné a respetarla y quererla, pese a las actuaciones dudosas que ha habido en ella y, tristemente, aún sigue habiendo. Hay un pequeño librito de 1916, de Don José María de Palacio y Abarzuza, tercer Conde de las Almenas, titulado Demostración gráfica de los errores artísticos de Don Vicente Lampérez en Burgos, con dibujos de Saturnino López Gómez y fotografías de Vadillo, que habla de los fallos gráficos que aquí tuvo ese arquitecto (Lampérez). En él dice, sobre la puerta principal, fachada de Santa María (cancela interior) de la Catedral: «De ella bastará decir que tiene formas modernistas y es pesada con exageración; una parecida recuerdo haber visto en una estación de ferrocarril en Alemania». Esto alegrará a quienes comparan la Puerta del Perdón con la de un ‘almacén’ (pero al ser B.I.C. debe conservarse por ley y normativa). Y algo curioso, lo de Puerta del Sarmental viene de los Sres. Sarmientos, que cedieron sus casas para su construcción. También se llama del Arzobispo al facilitarle el acceso desde su derribado Palacio. ¡¡800 cientos de felicidades, mi graciosa Catedral!!