Creo que ya lo he dicho en alguna ocasión. Todos los años, cuando el mes de agosto va acabando y los días ya no son lo que eran, siento la necesidad de prolongar el verano más allá de lo razonable. Supongo que tiene que ver con la perspectiva de ver el largo invierno burgalés en lontananza. Mi subconsciente rechaza ya casi sin disimulo la idea y se pone en modo defensa prolongando mentalmente el verano. Esta situación se me ha descontrolado un poco este año y está dando la cara a primeros de agosto. Mucho antes de lo que tocaba. Buscando una explicación se me viene a la cabeza el comentario de nuestro presidente sobre la corbata y el ahorro de energía. Ya saben. Sin corbata se está más fresco/a con lo que vamos a necesitar menos aire acondicionado. Hecha la gracia se monta en su helicóptero para desplazarse al aeropuerto donde le espera su avión y se vuelve a poner la corbata para ir a los Balcanes. Que yo sepa ninguno de los dos aparatos voladores funcionan con pilas. Y aquí nos deja cavilando sobre si lo de la corbata ha sido una ocurrencia improvisada o una jugada maestra de su potente equipo de comunicación e imagen. Para el caso que sea la segunda opción, la de los expertos en imagen, creo que se han quedado un poco cortos.

La acreditada audacia del presidente hubiera soportado sin problemas llevar el asunto un poco más allá. Si la no corbata ahorra energía imagínense lo que sería comparecer en camiseta de tirantes… Así el ahorro es mucho mayor y la foto hubiera tenido un impacto europeo poniendo la primera piedra de una carrera de dirigente europeo con convicciones. Entre eso y los impuestos a las energéticas y los bancos tendría una gran parte del recorrido hecho. Pero no adelantamos acontecimientos que primero tendremos que lidiar con la vuelta al trabajo pasado el verano. Seguro que cuando empiece a hacer frío comparecerá el presidente con unos buenos calzoncillos de franela largos y una camiseta térmica de las más gordas para decir que en la Moncloa ya no se consume gas. Dejará a todo su equipo haciendo ejercicios de calentamiento y echará de menos aquellos viajes a La Palma cerca del calorcito volcánico. Los expertos en imagen le aconsejarán no volver por si les da los palmeros que no han cobrado las ayudas por abuchear. ¡En fin…cosa del verano!