Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Indultos, ‘res de res’

09/06/2021

Lo bueno (o malo, según se mire) de este país es que no hay semana aburrida y, por si lo de la pandemia fuera poco, ya están los partidos políticos y sus dirigentes para animar el patio. Ahí, en la refriega política, habrá que encasillar el llamado asunto catalán y el debate abierto en torno a los indultos, algo que divide mucho más de lo que parece y que cabalga a lomos de la emoción, el sarcasmo y los límites de la reglamentación jurídica. Vamos, todo un desaguisado tan complejo o más que la física cuántica.
Entre los que piensan alegremente que con eso se resuelve el encaje catalán y los que se frotan las manos con la tremenda oportunidad que se avecina para arrinconar al Gobierno de Sánchez, hay siempre otros matices. Sin arrepentimiento por parte de los reos y con más de uno lanzando aquella amenaza de que «lo volveremos a hacer», cabe poca duda para saber que, al menos, fuera de Cataluña y alguna otra comunidad histórica no se va a entender ‘res de res’. No sé si la carta de Oriol Junqueras de este lunes, renunciando a la vía unilateral, forma parte de una estrategia, pero lo que sí creo es que dudo que los indultos vayan a bajar el suflé del independentismo, que necesitan la llama encendida para, de paso, cubrir el pesebre a no pocos prebostes.
Otra cuestión no menor es la propia debilidad de la medida de gracia que baraja el Gobierno, porque, sin el requisito de arrepentimiento, los indultos podrían ser recurridos ante el Tribunal Supremo. Todo un galimatías, como decía, para mantenernos en vilo de nuevo, mientras algunos se empecinan en volver al error de la mesa petitoria y la foto de Colón, como si con eso ellos sí fueran a demostrar sentido de Estado. 
Sirva apuntar que a uno, lo de los indultos le parece más bien propio de un ‘mangarranas’, porque hacer borrón y cuenta nueva con quienes han cometido un delito de sedición y malversado dinero público es un despropósito inaceptable. Pero como ya sabemos también, la chistera de Pedro Sánchez tiene más conejos que el campo de Castilla.