Imagínense una vista aérea de la ciudad. Un vídeo. Pongamos que de las de la última retransmisión de la Vuelta Ciclista a España. De fondo suena el pasodoble Enrique López. Lo toca la Banda Ciudad de Burgos. También se escucha una voz en off. Casi chillando. What do you know by Burgos…? ¿Qué conoces de Burgos…? Tiene que ser la de un tipo muy simpático. Y gran comunicador. Como Rafa Rioja. La presentación continúa. Rafa, todavía sin aparecer, enumera en inglés a toda velocidad nuestros tópicos, a la vez que se suceden en pantalla. Catedral. Morcilla. Atapuerca. Vino de Ribera. Camino de Santiago. El obispo don Mario. La M.O.D.A. Leche Pascual. Campofrío. Gamonal. El siguiente plano es lento. Rafa aparece muy relajado. Sentado en el banco del peregrino de bronce. Por fin se le ve la cara. Yes…! We have a deal…!  ¡Tenemos un trato…! Da un brinco y acerca la nariz al objetivo a lo Carlos Alcaraz. But, let me show you what is really cool by Burgos…! ¡Pero déjame que te enseñe lo que mola de Burgos…! Tú, fuera, los llamas edificios de eficiencia energética. Nosotros, aquí, miradores. Tú, fuera, ciudades medioambientales. Nosotros, aquí, Paseo de la Quinta. Tú, fuera, cambio climático. Nosotros, aquí, fresco. Tú, fuera, Evolución Humana. Nosotros, aquí, Miguelón. Tú, fuera, turismo sostenible. Nosotros, aquí, gentes del Camino. Tú, fuera, botellón. Nosotros, aquí, romería de El Parral. Tú, fuera, gastronomía de producto. Nosotros, aquí, lechazo. Tú, fuera, amortiguamiento de la catedral. Nosotros, aquí, Centro. Tú, fuera, calle peatonal.

Nosotros, aquí, Espolón. Tú, fuera, tejido industrial. Nosotros, aquí, trabajo. El vídeo terminaría con un primer plano de Rafa brindando con caldos. We call it Burgos…! ¡Nos llamamos Burgos! Y no sería muy nuevo. Ámsterdam hizo algo parecido hace diez años. Pero, al menos, estaría mucho más divertido que la homilía bipartita de esta semana. El señor De la Rosa, don Daniel. El señor Marañón, don Vicente. Como dos gatos chinos. Enumerando veinticuatro ocurrencias anoréxicas para promocionar la ciudad, más la inversión de cuarenta céntimos por metro cuadrado para el Burgos Sonrío. Se han conocido funerales más divertidos. Créanme. Y plañideras con más swing…