El próximo domingo la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, impulsora de Sumar y designada por el factótum de Podemos, Pablo Iglesias, como la candidata a La Moncloa por el espacio político situado a la izquierda del PSOE, cumplirá con ese doble designio, aceptar la candidatura y poner en marcha una nueva organización política que por su composición recuerda los inicios de Podemos con la reunión de un importante número de pequeños partidos y la bienvenida de los dos grandes sindicatos nacionales.
Como en todas las jornadas históricas se corre el riesgo de que las nubes acaben aguando la fiesta, y en este caso sobre el acto del madrileño polideportivo Magariños se cierne el nubarrón de la ausencia de Podemos por la falta de acuerdo entre los equipos de Yolanda Díaz y Ione Belarra sobre una cuestión de forma pero con gran trascendencia de fondo, la celebración de primarias para la confección de las listas electorales en la próximas elecciones generales, como si no hubiera tiempo hasta entonces.
Las dos partes coinciden en su celebración, pero no en el método ni en los tiempos. Podemos quiere un pacto bilateral y Yolanda Díaz, como mucho ofrece a Podemos que sea un primus inter pares y un acuerdo multilateral con todos los partidos que la apoyan, sin olvidar que incluso en el seno de Podemos existen discrepancias, sobre cómo afrontar este proceso, que entre los dirigentes y la militancia hay diferencias entre quienes están dispuestos a mantener la autarquía del partido morado y los partidarios a ultranza de la unidad.
Difícil cuadrar el círculo y que quienes van a ser competidores el 28-M se conviertan en socios sin solución de continuidad después de haber dividido sus posibilidades en muchos lugares. Y a continuación la tarea mayor de configurar un proyecto político. Al menos, dicen, las divergencias programáticas son de un diez por ciento y las coincidencias obligan a ambas partes a estar a la altura de las circunstancias.
El nacimiento de una nueva fuerza política sin duda es un momento memorable, en especial cuando puede convertirse en un elemento clave para la formación de un futuro gobierno. Yolanda Díaz tiene que explicar que quiere hacer con el potencial del que va a ser depositaria el próximo domingo. Con la experiencia precedente del auge y caída de Podemos tiene elementos para no repetir los mismos errores.