Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


Permítanme la osadía

23/10/2022

¡Cómo está tu Burgos! No sé ni cuántas veces me han dicho esta frase últimamente. Y yo, orgullosa, cual pavo real desplegando su esplendorosa cola. Ilusionada como cuando siendo poco más que una niña iba a El Plantío a ver al entonces Real Burgos en Primera. Ahora es Segunda, de momento, pero mi corazón futbolero anda alborotado. Pasados los 40 hace ya algunos años, tampoco hace falta entrar en detalles, resulta que en mí anida aún algo de aquella adolescente, esas mariposas en el estómago, esos nervios tan intensos y despreocupados a la vez ¡bendita juventud! Y esa explosión de sentimientos que van apagando los años vuelve… ¡bendito fútbol! Lo más importante de lo menos importante. ¡Bendito Burgos! Porque fueron demasiados los años en los que ver El Plantío te dejaba una sombra de melancolía por lo que fue y no volvía. Pero ¡ay ahora! Ahora El Plantío es una fuente de Felicidad a borbotones, una olla a presión que ahoga a los rivales, la ilusión de una ciudad que lo llena. Ilusión mucho tiempo dormida o lejanísima, pero ahora, vivísima, cabalgando con entusiasmo a lomos de un equipo de guerreros que se dejan la vida y hasta el alma, espoleados por una hinchada blanquinegra que anima con la voracidad de quien ha pasado hambre.

Y celebramos estar cada día más cerca de esos 50 puntos que son el objetivo, sin duda, la salvación. Y si se consiguen será un ÉXITO, con mayúsculas. Segundo año en la categoría, con uno de los presupuestos más bajos, no se puede pedir más. No seré yo quien lo haga. Pero en nuestro fuero interno y aunque casi ni nos atrevamos ni a decirlo, muchos, cada vez más, soñamos. Yo sueño. Porque lo que veo me gusta, mucho. Quien mire sólo los números pensará que este Burgos planta el autobús y patapúm p'arriba. ¡Ja! Claro que es un muro, con una defensa que ríase usted de la de Numancia, y a mucha honra, pero en cuanto pueden salen como balas, se aviva ese avispero de talento que tenemos arriba…y ¡zas!

Soñar a estas alturas puede parecer una osadía, lo sé, pero muy pocos equipos compiten como este Burgos liderado por lo más parecido al Cid que tenemos por aquí, Calero. ¡Qué entrenador! ¡Qué bueno que viniste… y te quedaste! Llegarán las derrotas, ¡cómo no! Pero no dudaremos. Y yo seguiré soñando, también por la Copa. Mi reino por volver a recibir a un grande en El Plantío. Y, pase lo que pase, que nos quiten lo bailao. Volver a sentirse adolescente no tiene precio. ¡Hoy juega el Burgos! Efervescente estoy ya.