Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


Los hechos frente a la palabrería

23/10/2022

Siempre hemos achacado a los políticos su cortoplacismo, la manía de poner siempre las luces cortas de su futuro personal por delante de las largas de su necesario compromiso con el cargo público que ostentan. Da igual que sea un alcalde, un presidente de comunidad autónoma o del país. Detrás de mí, el vacío y si puede ser peor que yo, mejor saldré retratado en los libros de Historia. Se cuentan en los aledaños de algunos políticos españoles ya amortizados sus esfuerzos porque su sucesor en el partido no hiciera sombra a su legado.

¿Se imaginan un equipo de fútbol empeñado en que los nuevos talentos de su cantera fracasen al dar el salto al primer equipo? No sé si esto ayuda a explicar la realidad de la política. Política en general. De aquí y de allá. Da igual donde miremos. Gran Bretaña,  que nos dio un portazo para demostrarnos lo bien que se vive aislado, acaba de despedir a la primera ministra más efímera de su historia. Hoy son un 'gallinero'. En Francia, a Macron no lo quiere nadie y solo le salva que el resto de partidos no tienen con quién pactar. Italia da miedo. Brasil está a punto de dar una segunda oportunidad a Bolsonaro, un señor que dijo que si te vacunas contra la covid te conviertes en un caimán. No estaba bromeando, lo cree de verdad. Por no hablar de Trump, que suena como el gran favorito para volver a la Casa Blanca, cuando debería estar camino de la cárcel.

Son tiempos de zozobra. Queremos confiar en alguien como sea y nos dejamos deslumbrar por las frases de prestidigitador (o de trilero) que los asesores de imagen colocan en su boca. El último reducto de poder que nos queda es pensar muy bien por quién apostar. Informarse, analizar los hechos, no las palabras. Es nuestra responsabilidad. Y eso supone un esfuerzo que las prisas diarias parecen dificultar. Pero merece la pena. 

Un ejemplo. Ante tanto mercadillo de a ver quién rebaja más impuestos, me acuerdo del informe sobre la pobreza en Castilla y León que se presentó el pasado lunes. Concluye que casi la mitad de los castellanos y leoneses dependen de algún apoyo público para no caer en la miseria. Que los 'colchones' del Estado han evitado que acaben al raso más de 55.000 personas: es decir toda Miranda de Ebro y Aranda juntas. Esos son los hechos. Lo demás solo es mercadotecnia.