René Payo

Del Ayer al Hoy

René Payo


Gumiel de Izán

01/12/2020

En ocasiones, nos lamentamos por la pérdida de los valores patrimoniales de muchas de nuestras localidades provinciales a consecuencia de un desarrollo mal entendido y una evidente falta de sensibilidad y de respeto al pasado. No voy a traer aquí ahora algunos casos palmarios que a todos nos duelen y no solo por acciones remotas sino también por otras muy cercanas. Por eso, resulta altamente alentador cuando nos encontramos con poblaciones que han sabido preservar los valores históricos, artísticos y etnográficos que las han definido. Hay muchos casos en nuestra provincia, algunos muy reconocidos a nivel nacional e internacional, pero quiero hoy recordar la villa de Gumiel de Izán, recientemente galardonada en los Premios Provinciales de Patrimonio Urbano Rural junto a Cueva de Juarros y Bañuelos de Rudrón. 
Gumiel de Izán es una de esas joyas provinciales que reúne todas las características que la hacen merecedora de una visita. Una rica historia, glosada por notables historiadores como Pedro Ontoria Oquillas, que se materializa en un patrimonio documental custodiado en el rico archivo municipal y en monumentos religiosos impresionantes como su gran iglesia del siglo XV, con uno de los más importantes retablos peninsulares del último gótico y una de las fachadas más sobresalientes del Clasicismo hispano, que impresiona por su monumentalidad escurialense. Una plaza con una arquitectura popular perfectamente conservada, como ocurre en otros puntos de su casco urbano. Un destacado patrimonio arqueológico de significada importancia para entender el monacato de los siglos XII y XIII y un patrimonio etnográfico, centrado en sus bodegas tradicionales, de gran relevancia. A todos estos valores se une una singular oferta gastronómica y enológica y la potencia de la arquitectura de Norman Foster plasmada en la sede de una importante bodega contemporánea, perfectamente integrada en un paisaje glosado poéticamente por Rafael Alberti y en diálogo no traumático con el viejo casco urbano. Si como dijo Enrique IV: «París bien vale una misa», Gumiel de Izán bien vale una parada o un viaje ex profeso para disfrutar de todos sus valores. Lástima que muchos de los viajeros de la A-1 pasen de largo sin apenas atisbar los tesoros de esta vieja villa ribereña.