Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Juan Carlos Poza

13/03/2023

En su currículo era trabajador social, en la realidad un maestro en humanidad. Juan Carlos Poza se nos ha ido pero ha dejado un legado de buen hacer y saber estar que nunca olvidaremos. Compartí con él durante años muchas comisiones de evaluación en La Encina, la casa de acogida para personas con VIH, y ahí me encontré siempre a una persona colaboradora, sensible, atento a cualquier necesidad de quienes tienen más necesidades, de los más débiles, de los que tienen más dificultades y menos recursos para manejarse con la vida. Y siempre encontraba alguna solución, algún camino para darles una nueva oportunidad para salir del agujero negro en el que se encontraban. 

Llama a Poza, así tituló acertadamente mi buen amigo César la cariñosa reseña publicada hace unos días en este diario y que a más de uno nos hizo llorar, y sí, eso es lo que hacíamos, llamábamos a Poza porque sabíamos que él llegaba más lejos y encontraba las respuestas que a otros se nos resistían. A eso dedicó su vida, a mejorar la vida de otras personas, a buscar soluciones para preservar la dignidad de los que estaban en riesgo de perderla. Y se enfadaba cuando no lo conseguía. Se movía en los límites de la legalidad pero interpretaba la ley a favor del ciudadano buscando siempre la mejor alternativa. Feminista por convicción y defensor a ultranza de los derechos de los niños, navegaba por esos asuntos con la pasión del que cree en lo que hace y lo defiende con firmeza. Me consta su admiración y su amor a su mujer y a sus dos hijos y no desperdiciaba la ocasión de interesarse por los tuyos.

Los servicios sociales del Ayuntamiento se han quedado huérfanos, sin su director de orquesta, y será difícil sustituirle porque el listón ha quedado muy alto.

Juan Carlos te vamos a echar de menos, cada vez que nos atasquemos con algún asunto y no sepamos qué hacer nos acordaremos de ti, nos preguntaremos qué harías o dirías tú, y así alguna luz saldrá a rescatarnos. 

Lo tuyo no ha sido un trabajo, ha sido una lección de cómo hay que creer en las personas, en su capacidad para recuperarse. Estés donde estés te recordaremos, te imitaremos y contribuiremos así a crear un mundo mejor tal y como nos has enseñado.

ARCHIVADO EN: Servicios sociales, VIH