El músico dejó manuscrito parte del pensamiento sobre el que sostenía su mundo. La escritura es limpia, serena, espejo de juventud en el que se reflejan paraísos vivos y que no reproduce ningún rasgo esquinado de rostro deformado por el tiempo sobre todo cuando este ha ganado el pulso y retorcido los ideales con los que uno empieza.
Los apuntes que el joven músico Antonio José anotó en 1929 decían que la cultura hace al hombre bueno; que le resulta bella la religión que predica el amor de igual manera que le resulta despreciable la que es semillero de fanáticos; que la mujer debe tener independencia económica por parecerle base del verdadero feminismo; que le gusta el cine, el deporte y el automóvil y que siente un deseo vehemente por volar; que le entusiasma el avance decidido de la juventud en cátedras, talleres y negocios; que cree en ese tiempo que pertenece a su generación, la de los nacidos en el primer tercio del siglo XX y que algunos conocen como generación del cine y los deportes. Con parte de estas respuestas, A.J. hubiera podido participar en aquella encuesta que elevara el periódico El Sol (Lo que piensan los jóvenes) a cuantos de ellos quisieran contestar.
El profesor Fuentes estudia en La Generación Perdida esa encuesta que lanzó El Sol en octubre de 1929, dirigida al colectivo juvenil lleno de inquietudes al iniciar la vida. Participaron 1.326 jóvenes de toda España, de los cuales 16 eran residentes en Burgos. El resultado mostró alegría de vivir, fe en el futuro, en protagonizar su tiempo nuevo y brillante que así lo pensaban porque desconocían cómo luego su camino quedaría arrasado por la radicalización de los años siguientes, por la desgracia de la guerra, por la penumbra de la posguerra, por la diáspora del exilio. Y aunque sabían de la soledad porque Remarque hablaba de como acribillaba en la deshumanizadas y canallas trincheras en su Sin novedad en el frente, publicada ese mismo año 29 (conocían el libro, en sus notas A. J. lo incluye entre sus preferencias), no la sentían como la juventud ahora, otra generación de década larga perdida entre la crisis del 8 y la covid. Pero generación que, en general, igualmente se siente solidaria y comprometida con los retos de su tiempo, ahora relacionados con temas como la desigualdad, el machismo, la educación, el desarrollo tecnológico, el respeto al planeta…. Nadie debiera robarles otra vez el tiempo propio que les pertenece y que, como toda generación, siempre quiere nuevo.