José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


Doble vuelta electoral

22/04/2022

Miremos en el espejo de Francia por aquello de que lo que ocurre en nuestro vecino del norte acaba pasando en estos pagos. Así ha ocurrido históricamente con varias tendencias que afectan a la ciudadanía. Citemos algunos ejemplos que nos da la Historia: el constitucionalismo que llega aquí en 1812, la laicidad del Estado que llega en 1931, el triunfo del socialismo y el pluralismo político que llegan con la Constitución de 1978, la incorporación a organizaciones como la CEE, la OTAN, etc. Todas esas tendencias han triunfado en Francia antes que en España. Aquí han sido resultado de un proceso generalmente lento de observación y de debates que termina bastantes años después respecto a lo que muestra el espejo francés. 

Las elecciones presidenciales en Francia se celebran a doble vuelta. El sistema llama la atención al compararlo con el procedimiento electoral de España. El resultado final y efectivo depende de lo votado en el segundo torneo. A la vista de lo que está sucediendo en estos días hay dos partidos ganadores que encabezan las listas con un porcentaje de votos relativamente bajo. Macron ha conseguido un 27,6% y Marie Le Pen un 23%. Suficientes para pasar a la segunda y definitiva vuelta.

El sistema de elecciones a doble vuelta conduce a que uno de los dos será el ganador y que todos los demás quedan en principio en la oposición. 

La primera observación de este resultado es que con un respaldo inicial muy modesto como 27,6 % se puede acabar ganando las elecciones. El sistema favorece al partido más votado. Cierto que en la segunda vuelta solo participan los dos primeros con mejores resultados. 

La segunda observación es que el sistema evita el fraccionamiento del voto y que el gobierno resultante tiene garantizado en principio un alto nivel de coherencia y estabilidad. 

Otra observación es que el elector tiene ante sí la posibilidad de manifestar su voto a favor de cualquiera de los partidos que entran en lid. Y que su voto no resulta perdido porque puede reconducirse en la segunda vuelta a favor de uno de los dos ganadores o a favor de la abstención. Desde este punto de vista el procedimiento también es sin duda democrático.