Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


De costa a costa

30/01/2023

Algún día tenía que pasar, así que lo mejor será que nos dispongamos a soportar con el mejor talante posible todo ese bombardeo propagandístico con que ya nos están empezando a disparar en este 2023 en el que volveremos a las urnas para elegir alcalde, y presidente del Gobierno, y quién sabe si alguna cosa más. Al fin y al cabo, ya se nos ha hecho el cuerpo a este clima de hipérbole y trifulca perenne que domina la escena política española, así que tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras porque los muñidores de cada partido nos vendan ahora a sus candidatos como genuinos hijos de la luz en tanto nos advierten con gesto grave de que sus rivales se conducen como inmundos gusanos.

Lo más cachondo de las campañas electorales, con mucha diferencia, lo constituye todo ese reguero de promesas, tan estrafalarias como irreales, con las que podremos pasar un buen rato si nos recubrimos con una capa de cinismo y somos capaces de apreciar la creatividad que exhiben algunas maquinarias políticas, que, además de la inevitable bajada generalizada de los impuestos, tan capaces son de anunciar la construcción de una línea de metro en la muy noble y muy más leal ciudad de Burgos como de comprometerse a abrir una ventanilla de la Administración pública en el metaverso sin saber muy bien para qué diablos puede servir.

Habría que puntualizar, por no ocultar el reverso de los hechos, que en ocasiones es la sociedad civil la que alumbra algunas de esas estrambóticas iniciativas, en la esperanza de que sean recogidas sin dejarlas botar por esos partidos que ansían ocupar el poder o tiemblan de pánico ante la posibilidad de perderlo. Es el caso de la CEOE castellanoleonesa, patronal para los amigos, que se descolgó hace unos días con la humorada de reconstruir la línea férrea Santander-Mediterráneo, cerrada hace casi cuarenta años, hoy desmantelada casi por completo y en cuyo trazado los alcaldes se han hinchado de inaugurar vías verdes en los últimos decenios. No descartemos que algún partido, alertado por los análisis demoscópicos, se avenga a hacer suyo el tal disparate y lo anuncie a bombo y platillo, en oferta válida exclusivamente durante las dos semanas de campaña.