Nadie podrá discutirle al alcalde,Daniel de la Rosa, que en los 16 meses que lleva en el Ejecutivo ha logrado, a nivel político, dos sonoras victorias. Tras el inesperado ‘regalo’ de Vox aquel 15 de junio de 2019, el regidor de la ciudad ha conseguido en este tiempo dos cosas que entonces parecían poco menos que una misión imposible: aprobar un Presupuesto y crear un Gobierno de coalición que se espera sirva para generar estabilidad en un momento de enorme complejidad. 
Desde el punto de vista de la estrategia política, de partido, las victorias están ahí. El nuevo Ejecutivo tendrá mayoría absoluta y los votos suficientes para sacar adelante todo lo que se proponga. Pero eso ahora debe de trasladarse urgentemente a la gestión. El mismo empeño por dar larga vida al Ejecutivo local debería de traducirse también en dar agilidad a las grandes iniciativas de esta legislatura y a enmendar la desesperante lentitud con la que se están tramitando las ayudas a los sectores más afectados por la crisis sanitaria. Pese al gran esfuerzo de los empleados municipales de las áreas involucradas, la ciudad bien debería de estar trabajando en un segundo plan ya que, a la vista está, la segunda ola puede ser demoledora para muchos negocios. Y a la vista de cómo corren los plazos en la administración, bien vendría la anticipación.
Cs, que entra por primera vez en su historia en un Gobierno municipal, tiene la obligación de demostrar capacidad de trabajo ya que en sus manos están también años decisivos para el devenir de la ciudad. Gobernar no es tener visibilidad y estar en la foto sino detrás de cada expediente. Y si tantas ganas tuvieron hace año y medio de liderar el Ayuntamiento ahora es el momento de demostrarlo.