Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


De axilas y ciudades...

19/04/2021

El anuncio me convenció. Cambié de marca de desodorante. La mitad izquierda de la imagen era un torso desnudo masculino con los brazos totalmente levantados. Rasurado hasta el extremo. Perfectamente musculado. Limpio de esteroides. Y además libre de la prisión permanente revisable del tatuaje. El borde horizontal superior del plano de cuadro cortaba el cuerpo a la altura del cuello. El margen izquierdo, vertical, al máximo suficiente capaz de evitar la distracción innecesaria del segundo pezón. El límite inferior ajustaba perfectamente con la zona más baja del diafragma, a salvo del ombligo. El hombre sin ropa aparecía inmóvil. Dos segundos de reloj. Creando intriga. Sin más compañía que el fondo blanco de la otra mitad de la pantalla. A continuación, una cabeza de mujer vista de perfil interrumpía por la esquina inferior derecha. Igualmente impersonal. Nítida. Sin más adorno que la indiferencia de su cabello recogido. Ella se movía. Sí. A cámara muy lenta. De derecha a izquierda. Ocho segundos hasta llegar a él. Sin nada de ruido. Con todo misterio. En una trayectoria ascendente y diagonal. Como atraída. El recorrido moría a la vez que nacía el único sonido del spot. Un beso. El que ella depositaba en la concavidad antónima del hombro convexo de él. La axila perfecta. Sí. Ese era el objetivo. La magia. Y el relato comercial. El desodorante capaz de convertir un sobaco calvo en objeto de deseo. Y el mismo reto al que se enfrenta nuestra ciudad. Urbanizar sus sisas. Asearlas. Volverlas atractivas. Quitarles el olor. Por supuesto el sudor. Como hicieron Herzog y De Meuron debajo del puente viejo del ferrocarril y el nuevo del Bulevar. En la Fuente del Prior. Como no se ha logrado en el principio del Paseo de los Atletas. En pleno intradós de la autovía. Para colmo de males hay plaga de roña. El cierre de locales, otrora comerciales, progresa de modo exponencial. Calle. Avenida. Plaza. Barrio. La persiana cerrada. El grafiti parásito. La meada a la puerta. El dedo en la nariz. El ayuntamiento busca jabón. Esta semana ha anunciado que permitirá el uso de aparcamiento en los bajos de las edificaciones consolidadas. Puede que no limpie. Qué más da. Hay otra solución. Cambiar de publicista...