Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


Decadencia parlamentaria

30/09/2021

Estamos viviendo una práctica política que pretende abanderar un cambio constitucional que afecta a la Monarquía Parlamentaria. Y la manera de llevarlo a efecto es intentando demostrar que la Monarquía no es útil ni necesaria. Nos la presentan como una institución antigua, anquilosada y, además, delincuencial. Para ello buscan una presencia menos protagonista de la Corona en el proceso político actual. 

Esta actitud va unida a un Parlamento que está siendo ensombrecido. Está dejando de ser la representación del pueblo español. Es la caja de los truenos donde cada día unos y otros se atacan; donde se busca la derrota, no el acuerdo. Los ministros no comparecen y se rehúye el debate en la casa del parlamentarismo para trasladarlo a decretos y a las redes sociales. Todo esto puede llevar a la vida política a condenar a las Cortes a un lugar irrelevante dentro de la política española. Olvidan lo que la Ilustración ha aportado a nuestra vida democrática, que, gracias a la razón, se puede alcanzar un acuerdo. En cambio, cuando rige la sinrazón, la crispación y las malas formas nos llevan a no encontrar acuerdos.

Estoy cansado de escuchar la palabra fascista en el parlamento y sobre todo que la pronuncien aquellos que intentan convencernos de que la libertad no se ganó en el 78, sino en 20 años de terrorismo. Si el Parlamento es la casa del desacuerdo entonces es inútil su devenir.

Tenemos un presidente de Gobierno que no se comporta como presidente de una Monarquía Parlamentaria, sino como el de una República. Esto no es Francia donde el presidente no debe atención, ni obediencia, a la Asamblea Nacional.

Tienen una serie de funciones que no están sometidas al control parlamentario. Sánchez hace lo mismo, no rinde cuentas en las cortes, ni se presenta para debates, ni asume responsabilidades. Si quiere exponer medidas nos suelta un Aló, Presidente en televisión. 

No necesita ni Corona, ni Parlamento, él es quien encarna a la Constitución y para ello se apropia del patriotismo, haciendo suyo los éxitos de todos y no asumiendo las responsabilidades en la subida de la luz, vacunación, salida de Afganistán, entrada de Ghali…. Apoyado por sus valientes socios que están felices de ser comunista en un país libre, pero olvidando lo difícil que es ser libre en un país comunista.