René Payo

Del Ayer al Hoy

René Payo


Una semana para la Historia

27/07/2021

Difíciles de sintetizar son los recuerdos que se han generado en muchos burgaleses en la semana que acabamos de terminar. Han sido días intensos en torno a la que es la seña esencial de identidad ciudadana, nuestra catedral. La celebración de los 800 años de la colocación de su primera piedra por don Mauricio y San Fernando ha generado un sentimiento de unidad en torno a nuestro más preciado bien patrimonial. Inenarrable fue la mezcla de sentimientos religiosos y estéticos que nos trasladó, el día 19, la comunidad de Silos en las vísperas solemnes cantadas en el presbiterio catedralicio y que alcanzaron su cenit en el rezo de la Salve ante Santa María la Mayor. Fue en esa noche cuando la catedral alcanzó toda su gloria lumínica con la inauguración de su nueva iluminación artística engrandecida por los fuegos de artificio.

Salvas de artillería y el repique de las campanas anunciaron solemnemente el día 20 el inicio de la misa del centenario, precedida por la procesión en que estuvo presente toda la diócesis a través de sus cruces y pendones. Una celebración que tuvo en la homilía de nuestro arzobispo una perfecta síntesis del significado de nuestro templo como centro espiritual y de cultura de Burgos y sin cuya existencia la ciudad quedaría mutilada. 

Pero aún quedaban muchas emociones populares en la plaza del Sarmental donde el sentimiento cívico burgalés quedó reflejado en la puesta en escena de muchas de nuestras tradiciones y en la interpretación del himno a Burgos. Nuestro orgullo nacional, del que la basílica es símbolo, se reflejó en la pasada aérea de la Patrulla Águila y en los sones del himno de España. La música nos ha elevado el espíritu con el concierto de la Orquesta de RTVE, con el de los Niños Cantores de Viena y con la gran recuperación de lo mejor de la música catedralicia, hasta ahora dormida, llevada a cabo por Baroque Ensamble el día de Santiago. 

Son estos algunos de los acontecimientos, organizados por la Fundación del VIII Centenario, que todavía están impresos en nuestra retina. La catedral entra en su noveno siglo en perfecto estado de salud y más querida y admirada que nunca. Que no cesen nunca estos sentimientos hacia la que es la memoria viva y el icono más notable del pueblo burgalés.