Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


A Tokio con vacuna

15/03/2021

No es fácil esta vida de pandemia. En mayor o menor medida vivimos con angustia, cuando no, con miedo a contagiarnos, en estado de alerta permanente. Imaginen lo difícil que tiene que ser para un deportista olímpico vivir con la incertidumbre de que un contacto pueda tirar por tierra el trabajo de tantos años, que un positivo te prive de ese momento único, representar a tu país en unos Juegos.
Al menos parece que sí habrá Juegos. Y celebro que el COI quiera vacunar a los olímpicos y paralímpicos. China ha ofrecido su vacuna y aquí, si se aprueba, todos los que quieran irán vacunados.
Allí estará Jesús Gómez, nuestro otra vez flamante bronce europeo en 1.500, especialidad burgalesa. Esta semana charlé con él. Estaba feliz, y fino, muy fino, seco, que dirían las abuelas, con ese rostro enjuto esculpido por muchas horas de entrenamiento y poca morcilla de Burgos. Así de exigente es el atletismo.
Su experiencia en los Juegos será muy distinta con o sin vacuna, pero su respuesta fue que los deportistas no son prioritarios, que antes hay que vacunar a mayores, población de riesgo, a las profesiones más expuestas. En este tiempo en que tantos jetas se han saltado la cola, no me digan que no reconcilia con el género humano encontrar gente así. China les ofrece la vacuna. Y Catar a los pilotos de motos y Bahrein a los de Fórmula Uno, y yo me alegro porque aunque a la gran masa de españoles aún nos queden muchos meses de espera para ser inmunes y dejar de vivir con miedo, cada vacuna nos ayuda a todos. Vacunas que además no son ‘las nuestras’. Elegir un orden de vacunación cuando toque vacunar al mogollón va a ser complicado, pero si no llega la china, yo a nuestros olímpicos les pondría de los primeros. Otro año sin Juegos sería otro golpe brutal. No sólo para ellos, para todos, porque esos anillos son símbolo de muchas cosas, este año también de esperanza. Incluso esperanza burgalesa.