Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Una llamada oportuna

18/09/2020

La reunión de los alcaldes de Valladolid, León y Salamanca con los responsables de la Junta para analizar la situación de la pandemia ante el aumento de casos de coronavirus en estas ciudades, parece haber buscado más la escenificación de la preocupación existente que el diseño coparticipado de nuevas estrategias. Porque no las hay. Desde el momento en el que los intereses son encontrados, economía versus salud, las decisiones que se puedan adoptar también resultan contradictorias. Lavarse las manos con frecuencia, mascarilla y distancia constituye el mantra con el que tratan de crear confianza en los ciudadanos, para que la desesperación no haga mella en las conciencias de los más débiles física y mentalmente o para que la tensión que genera estar siempre en guardia no termine en el lado opuesto, también humano, de dejarse llevar por el desánimo y la apuesta por fiarlo todo al destino caprichoso.
Y es que no es fácil conjugar tantos intereses contrapuestos. La vuelta al cole es paradigmática del estado de contradicción que se vive. Solo la conciliación de la vida familiar y el trabajo obliga a que las aulas estén abiertas. Los más críticos hablan de improvisación, pero tampoco ofrecen soluciones mejores. Las clases online sería lo ideal en la enseñanza secundaria para descongestionar los centros, pero es falso que la enseñanza pública y muchos centros privados estén preparados. 
Los alcaldes básicamente se han limitado a pedir responsabilidad para que contagiados y sospechosos se mantengan confinados. La intervención de la Policía Local en el control de los positivos, como también se demanda, no deja de ser una quimera. La efectividad del encuentro en Valladolid, por lo tanto, no ha estado en nuevas medidas, que no las hay, sino en la foto. El simple hecho de que la Junta haya llamado a capítulo a los tres alcaldes con prescripción de urgencia ha sido suficiente para que la población piense que algo más grave de lo previsto, fuera de control, está pasando. O así debería ser.