Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Más es menos

29/11/2021

Mil novecientos sesenta y ocho. Bibb Latané, de la universidad de Columbia, y John Darley, de la de Nueva York, contactan con varios estudiantes. Les comunican que participarán en una conversación con cinco personas sobre problemas triviales. Cada uno, desde una habitación diferente. Sólo escuchando. Sin contacto visual. Silenciando el micrófono de quien no tiene el turno de palabra. El experimento consiste en hacer creer a los muchachos que, uno de los tertulianos, sufre un ataque de epilepsia durante la charla. El episodio es fingido. Por supuesto. Y siempre se produce del mismo modo. Las mismas palabras. El mismo tono. Lo reproduce una voz grabada. Se intenta medir el tiempo de reacción para ofrecer socorro. El primer escenario es una serie de encuentros a dos. El individuo a estudio habla hasta que la audición simula el acceso repentino del interlocutor. El ochenta y cinco por ciento de los intervinientes actúa antes, incluso, de que termine la solicitud de ayuda de la máquina. Esta iniciativa positiva se reduce al sesenta y dos por ciento, cuando, en la plática, intervienen tres, dos individuos reales y el artificial. Y disminuye más todavía, a sólo un treintaiuno por ciento, cuando la experiencia la integran cinco de los jóvenes contra la reproductora de voz. Se llama efecto observador. Una especie de síndrome de la difusión de responsabilidad. A mayor número de espectadores observando a alguien en peligro, es menor la probabilidad de que alguien se haga cargo de ayudar a la víctima. Algo así como el consuelo de compartir lo que los hipopótamos esparcen con el rabo. Y especialmente actual en la política española. La señora Díaz Ayuso, doña Isabel, duplicó sus votantes en las elecciones del pasado Mayo. El señor Fernández Mañueco, don Alfonso, ha conocido esta semana un sondeo en el que se multiplica por uno veinticinco el número de votantes de su partido en Castilla y León. Así que, ustedes verán, llámenlo como quieran. Efecto Mañueco. Síndrome de Ayuso. Fiebres almedianas. Vértigo garcíaegeano. Reuma cesarriqueño. Esclerosis Blasco. O depresión postmariano. Pero es lo que tiene. Me refiero al partido popular. Aumentan sus votantes, y disminuyen las posibilidades de su líder...