Rocío Martínez

Pegada a la tierra

Rocío Martínez


Ancelotti, contra el refrán

17/01/2022

Tenemos al primer campeón del año, y es el Madrid… de Ancelotti, que otra vez le ha vuelto a colocar la etiqueta de ganador, ¡qué manera de competir! Un tipo normal, transparente, que lo mismo cuenta su conversación en pleno partido con Piqué, que se muestra orgulloso de jugar a la contra, sin complejos. Hasta bromeando en la final con que había tenido demasiada posesión.

La vida son detalles, como el de Marcelo. Ancelotti disfruta, es feliz. Se le nota. ¿A quién le puede caer mal este tipo? De momento se ha cargado el refrán de que segundas partes nunca fueron buenas. La del míster de la Décima no ha podido empezar mejor. Son prácticamente los mismos que el año pasado, más Alaba, pero… nada que ver.

Elegante, educado, sensato, sincero, con ese aire de padre o maestro que tan bien ha sentado en el Madrid. Ahí está Modric, con sus ¡36 castañas! regalándonos un partidazo tras otro en su segunda juventud como parte de ese trío que va a pasar a la historia, junto a ese Kroos que domina los partidos sin despeinarse, en sentido literal, fíjense, y ese Casemiro que no será tan fino, pero, pongan un Casemiro en su vida.

Y Benzema, un bailarín, sutil, pero letal. Una mezcla contradictoria y brutal del mejor delantero de Europa. Hablando de mezcla, no ha podido salir mejor la suya con Vinicius. Benzemista como soy desde hace mucho, me da rabia que no se reconozca más su talento en los premios. Una conversación que quizás pueda compartir con su compañero Courtois, otro que responde a los ninguneos `nominatorios' con cosas extraordinarias como ese penalti parado estirando una pierna infinita.

Hablando de cosas extraordinarias, celebro que lo del derbi sevillano pueda en nuestro fútbol considerarse algo así, extraordinario, fuera de lo normal, poco habitual. ¡Qué bochorno, qué vergüenza! nos hizo pasar el 'tonto la vara'. Su gracia la pagaron por cierto todos los béticos que no pudieron celebrar algo tan gordo para ellos. Espero que no vuelva a un campo.