Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Reyes sin carbón

06/01/2023

Los Reyes Magos ya no traen carbón. Ahora el carbón lo importamos de minas extranjeras para las centrales térmicas, recuperadas en algunos puntos de España debido a la crisis energética. Somos un país de paradojas y poco previsor. Aquí la fuerza se nos va en discutir sobre galgos y podencos y de forma tan descalificadora que los problemas se perpetúan mientras unos y otros buscamos culpables. Los políticos ni siquiera tienen que pensar argumentos, bastan los propios y los del contrario si se tiene la cara dura de utilizarlos sin ruborizarse. Dos ejemplos. Durante 38 años se gestó y ejecutó el cierre de la minería del carbón. Casi cuatro décadas en las que se sucedieron gobiernos del PSOE y del PP. Pues bien, los argumentos utilizados por unos y otros eran los mismos, intercambiables, dependiendo únicamente si tocaba estar en la oposición o en el Gobierno. Ahora ocurre lo mismo con el proyectado Corredor Atlántico, una vía de comunicación de vital importancia para Castilla y León y sobre la que mantienen discursos recurrentes los dos partidos mayoritarios. Ahora le toca al PP denunciar inoperancia del Gobierno de Sánchez, como antes ocurría al PSOE con Rajoy. En ambos casos la realidad es la misma, la nada.
Se habla de la desafección de los ciudadanos corrientes hacia los políticos. En general se les critica por su falta de credibilidad. Parece que en esta diagnosis existe unanimidad, incluso entre los propios causantes. Para muestra un botón: en Ponferrada se reunieron representes de las administraciones públicas, una panoplia de todas las siglas con representación en la comunidad, y coincidieron en que no son las palabras las que les hacen creíbles, sino las soluciones que sean capaces de dar a los problemas. Claro que el reconocimiento de los pecados apenas alcanzó a contrición y en ningún caso a propósito de enmienda.
Y en esa tesitura hemos iniciado un año en el que la gresca electoral copará la atención de los políticos y de los medios de comunicación. Lo peor es que ya no es como antes. Sí, en el siglo pasado. Qué lejos queda. Entonces la refriega de la descalificación parecía acotada a las campañas electorales. Incluso se respetaban treguas de cien días tras los comicios. Ahora todo es ansia viva.