Guillermo Arce

Plaza Mayor

Guillermo Arce


El gran apagón

27/07/2021

Afortunadamente, todo quedó resuelto en apenas 45 minutos, pero el sábado más de 1,2 millones de abonados en España (y otros tantos portugueses) se quedaron sin electricidad por la desconexión de la Península con el resto de Europa por un incidente con un hidroavión. En Burgos capital, la luz se fue en Gamonal, Cortes, Villalonquéjar, Cótar, entre otros barrios. Pero, lo dicho, todo quedó en un susto a la hora de la siesta, pero da qué pensar...

Por ejemplo, un día después del gran apagón Diario de Burgos abordaba la necesidad de instalar en España 340.000 puntos de recarga para mover la flota de 3 millones de coches eléctricos que se desplazarán por nuestras carreteras en una década. Imagínense un corte sistémico en esas circunstancias y el pánico de un país sin electrolineras en pleno fin de semana de julio. 

Pero no hay que ir tan lejos para hacer más lecturas. Muchos ciudadanos afectados estaban abonando la luz más cara de la historia y por un inoportuno hidroavión se han quedado sin electrodomésticos, sin aire acondicionado, sin vitrocerámica, sin ascensor, sin posibilidad de recargar los móviles, sin wifi, sin tele... Queda claro que pagar más no significa garantía absoluta de servicio. 

Hagamos más lecturas. La electricidad que nos llega por el cordón umbilical de los Pirineos procede, mayoritariamente, de centrales nucleares galas. Nuestro vecino tiene 59 en servicio y una en construcción, mientras nosotros solo mantenemos 5 con fecha de caducidad. Hemos dicho ‘no’ a más Garoñas, aunque otra cosa es que consumamos a espuertas mientras el riesgo lo asuman otros. 

No queremos energía nuclear, tampoco parques eólicos ni fotovoltaicos. Son posturas muy respetables, pero hay que asumir todas las consecuencias. Mientras la luz se vaya a la hora de la siesta un día de verano vamos bien pero, yo, por si acaso, compraría velas.