José María Vicente

El Rincón de...

José María Vicente


Patrullar en bicicleta

22/06/2021

Hoy voy de desahogo personal que, sin embargo, confío interese a los amigos de las bicis. Soy ciclista urbano desde muchos años antes que existiesen carriles bici. Nunca he tenido conflicto de ningún tipo con peatones aunque me he movido mucho utilizando las aceras. Naturalmente aquellas que tienen la anchura suficiente y habitualmente semivacías de peatones.

Tengo la habilidad y reflejos necesarios para permitirme circular por la calzada junto a los coches con cierto margen de seguridad. Desde que esta ciudad ha legislado, supuestamente, para favorecer la convivencia entre peatones, ciclistas, coches y… camiones las cosas han cambiado.

Ahora, los ciclistas nos movemos tratando de detectar a tiempo la presencia de algún policía municipal cuyo encuentro evitamos ya que es muy probable que acabe en discusión. Policías locales que están situados en las aceras, no en las calzadas.

Es muy difícil que el policía local conozca la problemática ciclista si no utiliza la bici para hacer sus rondas. Los que nos vemos obligados a circular por la calzada sabemos que todos los días tenemos varios momentos en los que el coche de turno nos aprieta o, simplemente, no calcula los riesgos que produce. Sólo nosotros experimentamos la inquietud que supone ir delante de alguno de esos cientos de conductores ‘impacientes’ por una calle estrecha con dos bordillos laterales. Sin escapatoria. Pero hay otros días en que las cosas se ponen más feas.

El viernes pasado circulando en bici enfrente del Palacio de Justicia fui adelantado por un camión que estuvo a punto de acabar conmigo. Cuando protesté se paró y el conductor me obsequió con un par de frases reveladoras. «Te crees que voy a estar esperando detrás de ti» o «súbete a la p… acera». Cuando me repuse de la discusión, que casi acaba en agresión, llegó la reflexión.

A ambos lados de esa calzada discurren dos aceras con una anchura más que suficiente para ser compartida con los peatones. Creo que a partir de ahora me subiré a la acera para proteger mi integridad. Al menos hasta que vea a la policía municipal patrullar en bicicleta por la calzada, vestidos de ‘paisano’, denunciando a aquellos coches y camiones que adelantan sin mantener la distancia mínima de seguridad. Creo que estoy en mi derecho de reivindicarlo.