Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


Síndrome de la impostora

14/04/2023

Hoy, sentada frente al papel, de inmediato he pensado en eso que llaman los verdaderos escritores, el síndrome de la hoja en blanco. Resulta extraño que con todo el jaleo que tenemos con las elecciones, y los continuos desastres económicos y sociales que afectan y están atacando especialmente al futuro de Burgos, no me entre un sarpullido de historias y opiniones que soltar en la columna. 

Será este verano precipitado, o tal vez estos días de flagelación pasados, que en vez de resucitarme me han dejado en un estado de atontamiento absoluto. Lo único que hoy me viene a la mente, es que debo de estar sufriendo un brote del llamado 'síndrome de la impostora', síndrome que me he autodiagnosticado hace tiempo y que me acompaña y ataca de vez en cuando.

No es algo que oculte, incluso suelo bromear sobre ello, pero es un estado muy fastidioso. Su resultado es que haga lo que haga con mi vida, nunca parece que llegue a la meta o que alcance el resultado que pienso que debo obtener. Y lo peor es que viendo sus distintos síntomas, me he dado cuenta de que los abarco en su integridad. Porque absolutamente todo me tiene que salir bien, también debería saberlo y controlarlo todo, y me empeño en querer hacerlo todo por otros, bueno, esto ya me pasa menos, porque estoy agotada y mi batería está al límite. También me frustro constantemente y lo peor llega cuando soy consciente de que, en cualquier momento, el mundo entero se va a dar cuenta de mi incompetencia y estaré perdida.

Estoy segura de que en este momento de la columna ya no estoy sola y me acompañan muchas otras impostoras, porque al parecer este es un tema más de féminas, supongo que es porque siempre nos exigimos demasiado y nunca creemos merecer lo que conseguimos. Como tampoco quiero quedarme a vivir en este síndrome, he buscado soluciones y lo que he encontrado me ha encantado, porque la primera solución es celebrar y festejar mis logros, que es una de esas cosas que nunca he dudado de que hago muy bien y recordar que no soy perfecta y que cometer errores no es tan malo, la realidad es que mis errores, que últimamente me parecen infinitos, siempre acaban llevándome a encontrar la felicidad que esconden. 

ARCHIVADO EN: Brote, Burgos