Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


El edificio Campo, para 2031

21/11/2022

Según publicó este periódico la pasada semana, el Ayuntamiento ha dado los primeros pasos legales para proteger el edificio Campo en su integridad, incluidos los discutibles pisos superiores. El caso es que algo se mueve en este asunto y cabe la posibilidad de que una construcción tan potente como esta, ubicada en un lugar inmejorable, deje de ser una ruina después de décadas.

El edificio puede gustar o no (a mí me encanta) y se puede discutir su idoneidad en ese emplazamiento (ya no tiene mucho remedio), pero se protege porque representa un tipo de arquitectura, el movimiento moderno, que fue crucial en el siglo XX. Y resulta que aquí tenemos un ejemplo y, por una vez, en el lugar en que nos dejamos caer las iglesias románicas sin pestañear, o veíamos como la piqueta se comía los comercios históricos hasta hace nada, resulta que hacemos algo para protegerlo.

Pero yo, de ser el Ayuntamiento, iría más allá: lo compraría. Sus dueños lo pusieron a la venta en 2015 por 6 millones de euros y ahora, según contaba también este diario, escuchan ofertas para convertirlo en un hotel de tres estrellas o apartamentos turísticos. Pero ese horror se puede evitar si se hace con él la ciudad, regateando a cara de perro, claro está, es dinero público. ¿Y para qué? Pues claramente para convertirlo en buque insignia (nunca mejor dicho dado su aspecto) de la candidatura a Capital Europea de la Cultura 2031.

El sitio da para hacer un centro cultural total, un culturódromo descomunal en pleno meollo urbano, un espacio para irradiar cultura y eliminar caspa, que es lo que viene haciendo falta. ¿No se imagina una sala de conciertos en la planta baja?; un espacio de exposiciones en la primera; la segunda dedicada a los niños íntegramente; otra más con sala de conferencias; una con espacio para talleres y, por supuesto, un bar o similar en las plantas altas donde estar tranquilo, con esas vistas...

El espacio físico serviría de excusa para una programación cultural con criterio y enjundia que es algo que el Ayuntamiento actualmente ni huele. Y, si después, perdemos en la elección europea, habremos ganado un punto de encuentro para siempre, calidad de vida de la buena para la ciudad. No sé a qué están esperando.

Salud y alegría.