Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


La bola y la bula

16/12/2022

El otro día tuvimos reunión de la comunidad de vecinos, esos eventos la mar de interesantes en los que se aprende más que en un máster universitario sobre gestión de grupos, manipulación de las masas y técnica presupuestaria. Era en el barrio del G-3, que últimamente sale mucho en los papeles. Y como a la gente no le importa un pimiento ni la renovación del CGPJ ni la deuda de los consorcios, a la salida tocó hablar sobre todo de las luces de navidad… y del aparcamiento en la zona.

Lo primero que llamó la atención de los presentes fue la gran bola que el Ayuntamiento ha colocado en el parque principal de nuestro barrio. Una hermosa esfera navideña que da ambiente y mejora ostensiblemente los tristes adornos que cuelgan de lado a lado en la calle cercana. Una agradable sorpresa. Punto para el alcalde.

Pero de inmediato, tras subrayar la cercanía de unas elecciones municipales que quizás hayan tenido algo que ver en el detalle luminoso, alguien tuvo que acordarse de otra decisión de De la Rosa que incumbe al G-3.

Tal y como pudimos seguir en estas páginas hace unos días, primero la Policía Local anunció que iba a poner orden en el aparcamiento, cambiando el sistema en batería por el de línea con el que fueron diseñadas las calles. Pero de inmediato, al día siguiente, el regidor lo desautorizó y dijo que de eso nada.

Ni siquiera en el tramo principal de Condesa Mencía, que es un 'Eladio Perlado II', una auténtica ley de la selva circulatoria que impera en ella como antaño lo hacía en la avenida gamonalera ya rebautizada. Los conductores del autobús se desesperan, los peatones no pueden cruzar seguros ni por los pasos de cebra y la congestión va de la mano del peligro vial. Sin embargo, a las puertas de unos comicios el Ayuntamiento no se atreve a molestar a los vecinos. 

Yo opino como los responsables policiales, que esto no puede seguir así, pero he de reconocer que la sencilla prospección sociológica del otro día concluyó lo de siempre: la peña quiere aparcar en la misma puerta de su casa.
Hay sitio dos calles más allá o dos más acá. Los residentes tenemos todos una o dos plazas de garaje, por si alguien está pensando en problemas de movilidad o en las bolsas de la compra. Da igual. Lo importante para casi todo el mundo es que no se supriman plazas. 

En el G-3 la bola gusta, y la bula también. Veremos a ver qué pasa cuando atropellen a alguien de gravedad o haya un accidente serio que evidencie, sin posibilidad de mirar para otro lado, que ese tramo concreto de calle no puede seguir profundizando en el caos. 

ARCHIVADO EN: G-3, CGPJ