Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Sin justicia es muy difícil la paz

19/05/2021

Con la preocupación por lo que ocurre en Ceuta, que sufre la mayor oleada de emigrantes irregulares que se recuerda, me parece imprescindible hacer tres consideraciones, en orden inverso de importancia.

Primera. Es absurdo echar directamente la culpa a Pablo Iglesias de que Marruecos haga la vista gorda y fomente el tránsito ilegal hacia territorio español. El exvicepresidente metió la pata hasta el cuezo por sacar pecho con lo que debe y no debe ser el Sáhara occidental y más le valdría haber tenido la boca cerrada en ese y en muchos otros episodios desde que saltó a la política nacional para todos, todas y todes.

Habría que mirar hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que es el máximo responsable por no poner coto a su gente y a sus socios y por decidirse a tomar decisiones cuando ya se han precipitado los acontecimientos. Tendría que haber mirado hacia Ceuta, hacia Melilla y hacia Canarias mucho antes, en vez de dar golpecitos mediáticos de efecto como hizo con el Aquarius, aunque con el Open Arms ya fue otra cosa. Y, en cualquier caso, si nos ponemos a bucear en la historia, Franco estaba ya muriéndose cuando se agudizaron los problemas en el Sáhara occidental, donde España eludió sus responsabilidades.

Segunda. Es muy fácil dar soluciones cuando las decisiones importantes las tienen que tomar otros, como bien sabe el líder de VOX, Santiago Abascal, quien ha aprovechado la coyuntura para hablar de ‘rendir fronteras’, de ‘traición’ y de que el Ejército ‘haga lo necesario’. Evidentemente, España debe defender su territorio que, además de las 50 provincias, tiene esas ciudades autónomas, rodeadas de problemas potenciales en cuanto Marruecos así lo decide. Cierto es que resultaría fácil imaginar la reacción de un país como Estados Unidos en un caso similar en la frontera con México pero no me da ninguna envidia porque yo pago impuestos para que, entre otras cosas, ningún niño de corta edad sea devuelto ‘en caliente’ a ningún sitio.

Tercera. Quienes hayan aplaudido mi crítica a VOX se sorprenderán si les pregunto: ¿Qué pasa si, en vez de 10.000 emigrantes irregulares en Ceuta, habláramos de que acuden a Valladolid, Segovia, Zamora o Soria? Son solo ejemplos, de mayor a menor número de habitantes. Si es en Ceuta o en Melilla, muchos acólitos de la izquierda más recalcitrante podrían aceptarlo pero, cuando tienes a miles de personas sin nada que perder a las puertas de tu propia casa, la cosa cambia, ¿verdad?

Al final, no puedo dejar de pensar que, sin justicia, es imposible que haya paz.