Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


Hablemos de sexo

30/06/2022

Aunque sea tirar piedras al tejado de una, reconozco que es fácil entender a los que estos días están practicando la desconexión informativa. Sobre todo porque algunas noticias impulsan a comprobar la fecha del calendario y certificar que estamos en el año 2022 y en el siglo XXI. Los malabarismos dialécticos que usan algunos partidos para entorpecer la celebración del Orgullo LGBT+ recuerdan a aquel reportaje ochentero que de vez en cuando rescatan en televisión, en el que en una encuesta callejera se soltaban perlas del estilo de «uf, sería una desgracia tener un hijo homosexual» o «si no lo pueden evitar, pues que lo hagan en la intimidad, pero que no corrompan a otras personas». Maravilloso eso de «la bandera se lleva por dentro», dicho por quienes colocan banderas hasta en la correa de su perro, no sea que alguien dude de la pertenencia del bicho. Curioso de quienes exprimen el término libertad, sin especificar la de quién, porque está claro que no piensan en la de todos. 

A ver si va a ser verdad que durante las épocas de crisis lo primero que se intenta recortar son los derechos. Aquí estamos, citando de nuevo a Gloria Steinhem y otras feministas históricas como hace 50 años, para hacer entender que, decidan lo que decidan los gobernantes de cada estado, el aborto seguirá existiendo, pero en algunos sitios solo será seguro para las mujeres que puedan permitírselo. Debate que considerábamos superado porque todo el mundo puede entender que una ley que ampara a una mujer que decide abortar no obliga a ninguna a terminar con su embarazo. Un tema que vuelve cíclicamente porque siempre hay quien considera que sus creencias tienen que determinar la vida de los demás. Y luego está el vicepresidente de la Junta, que se empeña en lanzar todas esas ideas juntas como si las hubiera agitado en una coctelera y, entre otras cosas, vincular despoblación con la práctica del sexo sin intenciones reproductivas. Que a los autóctonos se nos ha olvidado que el fin del sexo es procrear, dice. En el vídeo de la intervención solo faltaron las risas de algún grupo de mujeres mayores de 50. Y que le explicaran luego con qué finalidad practican ellas el sexo.

ARCHIVADO EN: Sexo, Siglo XXI, Aborto