Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


Solbes y Calviño

23/12/2021

Hay una tendencia imparable en las encuestas que hace que el PP mantenga una trayectoria ascendente y el PSOE una descendente. Quedan dos años para las elecciones y ese tiempo, en política, es una eternidad, pero también es verdad que cuando cambia la tendencia del electorado, es muy difícil revertir esa situación. Para ello, el Gobierno, hace unos meses, realizó un cambio para hacer ver a su electorado que ese cambio obedece a su deseo de hacer un Gobierno moderado, alejado del radicalismo, no ya podemita, sino incluso del sanchismo. Y para ello colocó a Calviño como vicepresidenta Primera del Gobierno, haciendo un guiño a Europa, buscando que se valorase como el establecimiento de un pilar donde se sustentase la recuperación económica. Pero volvemos a vivir un nuevo engaño, como el del año 2008, cuando el señor Solbes le negó a Pizarro la realidad de una crisis económica que nos dejó seis millones de desempleados y fue el preámbulo de una de las mayores crisis que nos ha tocado vivir.

Elaborar unos presupuestos para el 2022 estimando un crecimiento del 7%, cuando la recomendación del Banco de España y la autoridad independiente (AIReF) es del 5,4%, es obviar la evidencia macroeconómica. Es irreal aprobar unas cuentas negando la realidad y la evidencia de su incumplimiento por el lado de los ingresos y que representan una amenaza para el cumplimiento de los objetivos de reducción de deuda y de déficit.

Quizás, si es coherente Nadia Calviño y no quiere que se la recuerde como 'al ministro Solbes', debería salir del Gobierno para no dar apariencia de normalidad a lo que puede ser la destrucción de la prosperidad española, con un endeudamiento creciente como consecuencia del déficit exponencial producido por un aumento desmedido del gasto, y una caída de la recaudación a raíz de la merma económica que supondría una subida de impuestos.

Ella es una técnico comercial y economista del Estado, además de alta funcionaria de la Unión Europea. No puede aplicar dicha política económica, que no tienen encaje entre sus compañeros de la Unión Europea. Pero ha aceptado blanquear esa política económica errónea y a lo largo de los dos próximos años se habrá convertido ya del todo en Solbes, dilapidando su prestigio en la colaboración de un proyecto que lleva a España al fracaso tanto económico como político y social y que otros tendrán que arreglar.