Santiago González

Plaza Mayor

Santiago González


Un clima casi mediterráneo

12/10/2022

Aún recuerdo -con cierta nostalgia, he de reconocer- aquellos años de la EGB en el colegio Maristas de la calle Concepción, donde aprendimos que en Burgos había un clima continental, que se caracterizaba por tener unos inviernos fríos y bastante húmedos, debido a las masas de aire provenientes del océano Atlántico y del Mediterráneo, y con nieve frecuente, mientras que los veranos eran muy secos y calurosos. Apenas se decía nada del otoño y la primavera porque aquí no hemos sido nunca de medias tintas, hemos pasado del calor al frío casi en el mismo día y viceversa, así que las estaciones de transición eran prácticamente inexistentes.

No obstante, ya hace unos años que podemos constatar que no se cumplen las premisas de ese clima continental. Las lluvias cada vez son menores y, como pudimos leer ayer en las páginas de Diario de Burgos, el año hidrológico se ha cerrado con un 28 por ciento de déficit de precipitaciones, lo que le ha convertido en el octavo más seco de la historia provincial. El frío ya no es lo que lo que era, ni la nieve dura lo de antes, cuando cubría con su manto blanco la ciudad durante días.

Algo está cambiando y parece que esta tendencia, que no es reciente, se consolida y ya no tiene vuelta atrás. Lo podemos llamar cambio climático, calentamiento global o como queramos. Lo que es evidente es que la temperatura media sube y las lluvias disminuyen progresivamente. Y esta verdad objetiva pueden corroborarla los agricultores y hombres y mujeres del campo, quienes observan cómo afecta todo esto al ciclo de las cosechas en prácticamente todos los cultivos. Pero no se queda ahí y ahora amenaza también la vida diaria de los urbanitas. Habrá que ir pensando en tomarse el clima más en serio.

ARCHIVADO EN: Cambio climático, Burgos