Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


Escuela de afectos

05/06/2022

Leo en la memoria de la Fiscalía que el «incremento de la violencia entre menores que ya desarrollan conductas de dominio necesita un abordaje educativo». Y lo completo con el Barómetro de la Juventud 2021: un 20% de los jóvenes varones cree que la violencia de género no existe. Que es un tema ideológico. Lo que no es ideológico es ver a familiares de menores presuntamente implicados en agresiones sexuales en grupo aplaudirles a la salida del juzgado. Su condición de menores suele devolver la pelota de su educación al tejado del hogar familiar.

Digo que no es ideológico, pero a lo mejor ahí está precisamente la clave. También he leído que el único concejal de Vox en el Ayuntamiento de Valladolid lleva al pleno municipal que se celebra mañana una moción para que se paralicen los talleres sobre Igualdad, Tolerancia, Diversidad Sexual y contra la Violencia de Género que llevan años desarrollándose en docenas de colegios, públicos y privados, religiosos y seglares, de la ciudad. Argumenta el concejal que se «imparten contenidos de carácter sexual y sectario absolutamente inapropiados para nuestros hijos». Entonces ¿no es apropiado que niños y niñas aprendan que todos somos iguales? ¿O que hay que ser tolerante? ¿O que hay que rechazar cualquier violencia de género?

Dicen algunos expertos que la inmediatez de las redes sociales o el fácil acceso a los contenidos pornográficos (hay niños que los consumen con 8 años) son la mecha que está prendiendo esta llama de los ataques grupales juveniles. Pero el porno ha existido siempre. Antes bastaba con buscar en la parte de atrás del kiosco para verlo.

Si la única manera de aprender a sumar es estudiando matemáticas, la de aprender a gestionar los afectos y los sentimientos también debería tener acomodo en los programas curriculares. En otros países es así hace mucho.

En España, los orientadores educativos tienen que meterse en un campo minado de tabúes y miedos de toda la comunidad escolar que hacen a muchos desistir de llevar esta realidad a los centros. Es imposible aprobar ecuaciones sin antes aprender la tabla de multiplicar. Y será muy complicado reeducar los afectos y sentimientos cuando las clases de 'recuperación' empiecen al salir de un juzgado de Menores por formar parte de una manada adolescente.