«Estaba buscando un molino cerca del río Urbel porque me gusta fotografiarlos. De repente, al ampliar la imagen, aparecieron unas líneas y vi lo que me pareció una estructura. Viendo las dimensiones me llamó mucho la atención, y me puse a investigar hasta que me di cuenta que se parecía a una villa romana», relata Sergio Rodrigo Andrade, miembro de la Asociación Patrimonio para Jóvenes.
Sergio Rodrigo en la parcela bajo la que se halla la villa romana. - Foto: Alberto Rodrigo