La noticia se conoce desde hace semanas, pero la indignación no ha disminuido con el paso del tiempo entre la población. Por ello, decenas de habitantes de Salas de los Infantes se dieron cita ayer, en la calle Palacio, para protestar por el reciente cierre de la sede de Iberdrola en el municipio. La concentración fue convocada por la Agrupación Cívica Salense y tuvo lugar frente al centro de conservación de la empresa energética que llevaba abierto en la villa desde hace décadas.
Uno de los principales miedos existentes entre aquellos que dependían de la brigada de Salas es que en un futuro los tiempos de respuesta ante cualquier avería o apagón aumenten, al haber más kilómetros de desplazamiento. Un cambio que afecta a miles de personas de la Sierra de la Demanda porque el ámbito de actuación del centro del municipio cubría la zona de Lerma, la N-234 entre Mambrillas de Lara y Hontoria del Pinar, y desde Salas de los Infantes hasta Quintanar de la Sierra.
Más allá del posible descenso en la calidad del servicio energético, la zona podría perder a los siete trabajadores y a sus familias, que tal y como destacaba el alcalde, Francisco Azúa, «tienen en Salas o en sus aledaños la vida hecha». «Es donde están sus niños escolarizados y donde las mujeres de algunos de ellos decidieron desarrollar su vida laboral», proseguía.
La presencia de siete unidades familiares suponía una oportunidad y un empuje demográfico para la Sierra de la Demanda que, al igual que el resto del mundo rural, lleva años viviendo la despoblación por el éxodo a la ciudad. «Hablan de cuidar la España vaciada, pero luego los actos no se corresponden con las palabras», lamentaba Azúa.
La empresa asegura que el fin de la vinculación con el municipio responde a una reestructuración del negocio en busca de una mayor eficiencia. Iberdrola afirma que actualmente el 70% de las reparaciones que se producen se llevan a cabo de manera informática, sin necesidad de ninguna intervención presencial humana, y espera resolver el 30% restante con los trabajadores de los centros más cercanos. Por su parte, desde el Ayuntamiento consideran que «con este tipo de medidas se hunde más a los pueblos por la falta de atención en el servicio que se presta».
Los antiguos miembros de la brigada de Salas de los Infantes ya conocen los destinos que ocuparán en enero. En concreto dos de ellos se desplazarán a Aranda, tres a Burgos capital y dos a Valladolid.
Sin respuesta. Desde el Ayuntamiento de Salas de los Infantes se han intentado poner en contacto con la empresa «en repetidas ocasiones». El 25 de noviembre el consistorio envió a Iberdrola una moción sobre la decisión del cierre y ayer, durante la concentración, el alcalde leyó la carta que había enviado en la que manifestaba «un rechazo y una oposición rotunda a la clausura». El resultado «ha sido siempre el mismo: silencio».