La cifra de ricos se dispara un 37% en 2018

J. López (Ical)
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Los castellanos y leoneses que ingresan 600.000 euros se multiplican casi por cuatro en cinco años, tras tocar suelo en 2013, con tan solo 56 liquidaciones

La cifra de ricos se dispara un 37% en 2018

La cifra de ricos se dispara en Castilla y León. Las personas que declaran al año ingresos por valor de más de 600.000 euros ha crecido un 37 por ciento en 2018, último ejercicio sobre el que se tienen datos, respecto al año anterior y ya se sitúa ya en niveles anteriores a la crisis financiera de hace una década. Así, en 2008 la Agencia Tributaria contabilizó 208 contribuyentes con ingresos superiores a esta cantidad, según pudo saber Ical.

La crisis financiera que asoló España entre 2008 y 2013 diezmó a los mayores contribuyentes de Castilla y León y en 2013 apenas había 56 declaraciones que en la casilla de ingresos inscribían una sufra superior a esos 600.000 euros, el tramo más alto que computa la Agencia Tributaria. A partir de ese año, el crecimiento de los ricos en la Comunidad fue paralelo a la mejora de los macroeconómicos. Este aumento sostenido desemboca en 2018 cuando se presentan casi cuatro veces más de declaraciones con esta cantidad que un lustro antes.

Recuperación salarial

La bonanza del año 2018 permitió un crecimiento de casi todos los tramos en relación al ejercicio anterior. Además del 37 por ciento de incremento de los ricos, lo hicieron también las liquidaciones presentadas por aquellos que declararon entre 1.500 y 12.000 euros, es decir, de los 'mileuristas' hacia abajo. En concreto, aumentaron un 4,8 por ciento, con 21.430 solicitudes más, si bien siguen por debajo de las registradas antes de la crisis, en 2008, cuando eran más de 490.000. Por el contrario, disminuyen las de los trabajadores de salarios medios-bajos, un 3,86 por ciento y que representan el grueso de la masa laboral de la Comunidad, con más de medio millón de asalariados. En total, según estos datos de la Agencia Tributaria, hay casi 961.000 trabajadores que declaran menos de 30.000 euros al año, ocho mil menos que el año pasado y casi 80.000 menos que hace diez.

En los tramos salariales superiores se percibe también un incremento de los cotizantes: un 7,83% más entre los que cobran entre 30.000 y 60.000 euros y un 6,63 entre los que tienen en la nómina entre 60.000 y 600.000, que el año pasado fueron en Castilla y León más de 32.000 personas, unas pocas menos que las que había hace diez años.

Acciones y sueldos detrás de los ricos

¿De dónde proceden los ingresos de estos ricos de Castilla y León? Los salarios no son la principal fuente de riqueza. En su mayor parte, de rendimientos de capital mobiliario, es decir, intereses de cuentas bancarias, acciones, bonos, obligaciones y, en general, títulos de renta fija o plusvalías por su venta. En total, 197 de estas 207 personas declaran ingresos por esta vía y suman 74,1 millones de euros, es decir, una media de 376.00 euros.

La siguiente vía para llenar la cuenta corriente sí son los sueldos. Hasta 171 de estos declarantes dicen recibir un salario por su trabajo, con una media de 268.000 euros al año, que suman ingresos por valor de 45,9 millones de euros. También en 82 casos contribuye a llegar a esa cantidad mágica de 600.000 euros los rendimientos que reciben por el capital inmobiliario, a una media de 19.379 euros al año hasta llegar a un cómputo global de 1,5 millones de euros. Por último, 60 de estos ricos perciben ingresos también por actividades económicas de distinto tipo, a una media de 271.078 euros, lo que suman otros 16,2 millones de euros. 

Este reparto, si se analiza en perspectiva, ofrece datos llamativos. En 2018, el peso que tienen los salarios en este colectivo de personas adineradas es mucho mayor que hace diez años (45,9 millones ahora frente a los 30,8 de 2008 y 21 contribuyentes más que llegan a los 600.000 euros gracias a la nómina). También es mucho más el dinero percibido hoy por acciones y otros rendimientos de capital mobiliario que hace diez años (se pasa de 42,3 a 74,1 millones de euros por esta vía) y, sin embargo, debido al pinchazo de la burbuja y a los rescoldos de la crisis, entra menos dinero en caja por cuestiones inmobiliarias (se ha reducido a la mitad desde los 2,7 millones de euros de 2008 a los 1,5 actuales) y por actividades económicas donde se pasa de 25,3 millones hace una década a los 16,2 actuales.