El monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco, que comenzó a levantarse en 1236, sigue dando sorpresas a quienes trabajan en su estudio y conservación. Las últimas nacen de los hallazgos realizados por el equipo de arqueólogos que dirige Silvia Pascual en la excavación realizada durante el mes de septiembre en el terreno donde se asentó el antiguo claustro de la hospedería del convento.