Recuerdan al dueño de Montefibre su falta de «honestidad»

A.B.
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Los trabajadores de la firma en concurso de acreedores agradecen a Miranda su «ayuda y comprensión», pero afean al propietario sus constantes «excusas»

Se ejecuta el ERE de extinción y ya no queda ni un solo trabajador en la planta de Montefibre. - Foto: A.B.

El final definitivo de la relación entre la plantilla de Montefibre y la entidad quebrada ha llegado. El ERE de extinción se ha llevado a cabo y, en la actualidad, ya no queda ni un solo trabajador en la planta. Los propios empleados de la histórica empresa han querido recordar en un escrito a los propietarios su falta de «honestidad». Además, el comité dedica muy buenas palabras al Ayuntamiento de Miranda de Ebro y a los medios de comunicación que han narrado la sucesión de los hechos durante estos largos meses.

«En primer lugar queremos agradecer la ayuda y comprensión que hemos recibido de la prensa, radio y del Ayuntamiento de Miranda de Ebro», exponen los afectados en un comunicado conjunto para, a continuación, volver a señalar a Alfonso Cirera por su pésima gestión del mayor icono industrial de la ciudad.

«Su silencio nos hace pensar que siempre ha tenido la intención de soslayar el asunto», sostienen en la carta dirigida al propietario del  grupo de inversión Praedium, que compró Montefibre hace un lustro. Desde su punto de vista «ha brillado por su ausencia» la actitud «honesta» del empresario. «Y cuando hablamos de honestidad, hablamos hacia usted mismo y hacia aquellas otras personas a las que ha arrastrado a esta situación», puntualizan. 

«Esperamos que a estas alturas ya haya sido, como decimos, lo suficientemente honesto consigo mismo como para asumir sus responsabilidades en la parte que le toca, y que haya dejado de excusarse en unos y otros para aceptar la situación en la que está», añaden.

En su despedida la plantilla afirma que desea que el dueño de Montefibre «tenga a bien» dedicarles al menos un último mensaje a los que han sido sus trabajadores, quienes se han visto «arrastrados a la más profunda desesperación y miseria a causa de su negligencia empresarial», opinan.

«Señor Cirera, estimamos que no se ha podido tener mejor disposición por nuestra parte», sentencian los exempleados.