¿Quién dijo que TikTok es una aplicación únicamente para adolescentes? ¿Y que solo se publican bailes virales? Aparquen ideas preconcebidas. Ahí está Jamie Griffith. A sus 53 años, este estadounidense de Cincinnati se ha convertido en apenas un año y medio en uno de los tres 'tiktokers' con mayor influencia a nivel mundial y, precisamente, ni baila, ni canta. Su labor consiste en explicar de forma didáctica y simple el mundo del vino. Desde que se abrió una cuenta en plena pandemia tras ver el éxito que estaba cosechando su hijo, al otro lado de la pantalla suma un batallón de seguidores que le permitieron superar los 1,4 millones de visualizaciones en 2021.
Griffith, prejubilado de una compañía de software, es uno de los siete prescriptores de Estados Unidos que esta semana se encuentran de visita en la Ribera del Duero para conocer de primera mano la esencia de sus vinos. Cuenta que lo que más le ha sorprendido son las historias de quienes dan vida a las bodegas y, de hecho, a través de sus vídeos, de no más de un minuto de duración, tratará de mostrar que «en España hay muchos vinos más allá de Rioja», siempre guiado por la premisa de transmitir la información «de manera cercana y didáctica». Una fórmula con la que pretende romper barreras y acercarse a los consumidores más jóvenes, a la vez que traslada el mensaje de que consumir vino «no es nada elitista».
Más inversión en marketing. Dentro de esta misión impulsada por Asebor, también figura la instagrammer Paige Comrie, que atesora una media de cinco millones de visitas anuales a su página web. Defiende que los vinos de Ribera «son geniales y sus gentes, muy acogedoras». A su juicio, «no hay nada que impida competir a estos tintos en EEUU», pero admite que le llama la atención que muchas bodegas aún «no tienen una distribución potente, para lo que sería importante una fuerte inversión en marketing y redes sociales».
Porque como sostiene Comrie, quien forma parte del 'top 10' de 'influencers' del mundo del vino que publica Sommelier Choice Awards, las redes sociales permiten conectar directamente con el consumidor y establecer «una conexión más auténtica». Ella tratará de poner su granito de arena y aunque asegura que le está costando mucho elegir qué fotos publica del viaje, se decantará por las historias de «las personas que hacen el vino, tanto de grandes como de pequeñas bodegas, para que quienes no conocen esta región puedan apreciar mejor qué hay detrás de cada botella de Ribera del Duero».
En esta línea también se expresó la periodista J'nai Gaither:«No ha habido una inversión tan fuerte en marketing y comunicación como en Rioja o Penedés cuando aquí hay auténticas joyas. Hay que buscar la forma de llegar al consumidor y usando las redes sociales, con un diálogo más cercano, se podría lograr». Mientras, Corey Marshall, 'influencer' especializada en gastronomía, abogó por no tener miedo a maridar los vinos de Ribera con productos que no sean típicos, como pizzas o hamburguesas.