El 2022 está siendo un año histórico en relación a las temperaturas, y concretamente a las altas. Octubre no se ha quedado atrás y cerró ayer como el más cálido desde que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene registros.En los últimos 78 años la temperatura media en la estación que hay ubicada en el aeropuerto de Villafría había anotado una media de 11,6 grados.

Pues bien, esa marca se disparó durante los pasados 31 días hasta un promedio de 15,3, 3,7 grados más. Se rozó la máxima histórica para este periodo, alcanzada un día 4 de 2004 con 29,1 grados, aunque apenas faltó una décima.

También es destacable la mínima que registró la Aemet el pasado día 27. Lejos de los primeros días del mes, más pegados al verano y en los que podría llegar a ser más 'normal' anotar temperaturas cálidas, a finales se batió otro récord.

El termómetro no bajó de los 16,3 grados el jueves pasado, todo un hito frente a los 4,5 grados de media de las mínimas. Esta cifra supuso además otra barrera nunca antes cruzada, ya que la anomalía positiva de 11,74 grados fue la más alta desde los 11,69 grados del 12 de septiembre de 1958 (+11,69).

La capital no ha sido la única en sufrir los efectos del mercurio: enMedina de Pomar se estableció ese mismo día, el 27, la temperatura mínima más elevada en toda la serie histórica (22,2 grados).Ni durante las olas de calor de este verano el termómetro se había mantenido tan arriba durante una jornada. Las tres siguientes marcas corresponden también a este año en curso.

En cuanto a las precipitaciones, y tras un verano seco, el inicio del otoño ha devuelto algo de normalidad, aunque no toda la deseada. Villafría registró más de 60 litros por metro cuadrado, lo que eleva el mes a «normal» en relación a las lluvias.

Mal presagio. La tremenda anomalía que ha notificado el organismo público deja en evidencia el problema climático al que se enfrenta al planeta, y que a lo largo de este 2022 está dando más de un aviso: el año arrancó con temperaturas inusualmente altas, mientras que en mayo se batió el récord de número de jornadas consecutivas con temperaturas máximas superiores a 25 grados, una docena.

El verano fue asfixiante y el 18 de julio, a las 16:20 horas, el mercurio se elevó hasta una cota jamás alcanzada: 39,3 grados. Durante agosto también se produjo una ola de calor que disparó el mercurio, aunque no hasta ese nivel.