Las burgalesas que domaron al mar y al viento

CARMELO PALACIOS
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¿Cómo llegan dos burgalesas a convertirse en campeonas del mundo de vela? Esta es la historia de Isabel y Paula Laiseca, ganadoras del oro mundial en la modalidad de 29er en Barcelona

Isabel (i.) y Paula Laiseca posan con el título mundial de 29er a los pies de la Catedral. - Foto: Alberto Rodrigo

Cuando Isabel y Paula Laiseca pasean por las calles de Burgos, a los pies de la Catedral, se sienten en casa. Es la ciudad donde nacieron y donde vuelven a menudo para visitar a su abuela y reunirse con la familia. Sin embargo, su día a día está a casi 2.000 kilómetros de distancia porque toda su vida han residido en Las Palmas, donde se mudaron sus padres hace más de 20 años. Solo así se explica que dos burgalesas se hayan convertido en campeonas del mundo de vela, un deporte que consiste en domar al mar y al viento.

Las vidas de Isabel y Paula han estado desde muy pequeñas ligadas a los barcos y al océano, pero ha sido este verano cuando sus éxitos deportivos han alcanzado unos niveles que hace muy poco parecían inimaginables. Con tan solo 20 y 22 años, han conquistado de la medalla de oro en el Mundial de vela en la especialidad 29er y han estado a punto de firmar un doblete en la modalidad 420.

De madre burgalesa y padre vasco, las hermanas Laiseca tienen el corazón dividido entre Burgos y Las Palmas. «Nos sentimos tan burgalesas como canarias. No podemos elegir. Venir a Burgos nos da paz, nos olvidamos de todo. Nos gusta venir porque son vacaciones de verdad», reconocen.

Isabel y Paula celebran el título con la bandera española en aguas de Barcelona. Isabel y Paula celebran el título con la bandera española en aguas de Barcelona. - Foto: Laura Carrau

Sin embargo, su vida transcurre en Gran Canaria, isla en la que han crecido y desarrollado su pasión por la vela y el mar. Comenzaron a practicar este deporte de pequeñas -8 y 10 años- en un campamento de verano y las atrapó, pero al principio no estaban interesadas en competir. ¡Quién les iba a decir por entonces que una década después acabarían siendo campeonas del mundo!

A partir de los 15 años, pasaron a navegar en una nueva clase y a competir por parejas, aunque no fue hasta el año pasado cuando empezaron a ser un equipo. «En el momento que pasamos las dos a categoría absoluta pensamos que era una buena idea», cuenta Paula. 

Les costó coordinarse los primeros días, pero enseguida encontraron esa química dentro del barco que es una de las claves de su éxito. «La comunicación cuando estás navegando es muy importante y nosotras sabemos que todo lo que nos decimos es para mejorar. No discutimos», asegura Isabel.

Isabel y Paula durante la competición.Isabel y Paula durante la competición. - Foto: Laura Carrau

Los éxitos no tardaron en llegar para las burgalesas del Real Club Náutico de Gran Canaria. Se proclamaron campeonas de Canarias en la modalidad de 420 y, posteriormente, campeonas de España en la modalidad 29er. No es habitual que se navegue en dos barcos diferentes, pero a las hermanas Laiseca les gusta desafiar a la lógica. «29er es más rápida, mientras que 420 requiere de más técnica», señalan.

En ambas categorías recorren un circuito marcado en el mar durante varios días y van acumulando puntos, así que la regularidad es fundamental para alzarse con el título. Se trata de aprovechar el viento y las corrientes al máximo. 

En el Mundial de 29er celebrado a principios de agosto en Barcelona, las burgalesas no empezaron muy bien, pero consiguieron meterse en las finales y ahí dieron un paso adelante. «Lo hicimos bien al principio, nos mantuvimos arriba y acabamos primeras», cuenta Isabel, que recuerda que en 2021 se tuvieron que conformar con el bronce.

Esta vez, sin embargo, estuvieron luchando incluso por el podio masculino, aunque al final finalizaron sextas en la general masculina y femenina entre unas 240 embarcaciones. 

Una hazaña para dos jóvenes promesas que, no contentas con eso, se fueron al Mundial de 420 en Hungría en busca de un doblete histórico en el lago Balaton. Comenzaron de manera inmejorable y llevaron el peto de líderes durante todo el campeonato, pero un mal día en la jornada decisiva las acabó desplazando hasta la sexta posición. «A pesar de no lograr el segundo oro, estamos muy contentas con lo conseguido. Es el trabajo de muchos años», apuntan Paula e Isabel, que no se olvidan de la labor de sus entrenadores Eugenia Bosco y Onán Barreiros.

Tiempo para todo. Ser Deportista de Alto Nivel (DAN) exige mucha dedicación, ya que salen al mar tres o cuatro días a la semana, una rutina que Isabel compagina con su carrera de medicina y Paula con magisterio. «Es difícil compaginarlo, sobre todo para ella que estudia medicina, pero siempre saca tiempo para mí», cuenta Paula sonriente.

La recompensa de viajar por el mundo haciendo lo que les gusta supera con creces al esfuerzo que requiere y aspiran a dar un paso más en el futuro cercano. Aunque quieren ir paso a paso, por su mente ya ronda pasarse a una clase olímpica que les permita algún día participar en unos Juegos Olímpicos. «París 2024 es un imposible porque las clasificaciones empiezan dos años antes», pero tal vez en Los Ángeles 2028 el sueño se convierta en realidad. «Es muy difícil llegar hasta ahí, pero el camino que estamos llevando va bien». ¿Por qué no?