UPA-COAG denuncia un ataque de lobos a 4 potros en Espinosa

ICAL
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La alianza lamenta el "imparable crecimiento de ataques" a las ganaderías de la zona y critica la "inacción" de la Junta ante el aumento de la protección de la especie por parte del Miteco

Imagen de los restos de ovejas tras un ataque de lobos en la zona de Quintanar. - Foto: Alberto Rodrigo

Los lobos devoraron a cuatro potros en un granja ubicada en Espinosa de los Monteros, en la provincia de Burgos, tras perpetrar dos ataques en apenas cinco días. El primero de ellos tuvo lugar el 9 de septiembre, cuando los cánidos acabaron con la vida de un potro de seis meses y 18 kilos, y el segundo ocurrió el día 14, cobrándose la vida de otros tres más.

Los ejemplares pertenecían al ganadero de vacuno y equipo Pablo Peña, según denunció este jueves la Alianza UPA-COAG. Desde el comienzo del verano, este ganadero ha visto como el depredador ha matado once animales de su ganadería, radicada en el norte de Burgos, donde los lobos "se están ensañando con los potros", y se ha visto obligado a intentar ocultar a sus animales en una huerta en mitad del pueblo para protegerlos del cánido.

Según confirmaron a la Alianza UPA-COAG los ganaderos de la zona, estos ataques continuados de lobos contra los potros en Las Merindades se deben a tres razones. "El potro es la comida favorita de los lobos, el número de lobos en la zona ha aumentado considerablemente desde su sobreprotección administrativa y los potros constituyen una presa mucho más fácil de cazar", resumen.

Además, este ganadero vive, según la Alianza, una situación "complicada" al norte del Duero, sin subvenciones por pérdidas de ganado y con la única medida de poseer un seguro propio, solución que declina debido a que, según manifestó a la opa, "no merece la pena, porque de seis se encuentra uno".  

Para el joven ganadero, después de tres años asentado en Las Merindades, cada día crece más la idea de "venderlo y dejarlo todo", ya que "encima de estar todo por las nubes, no es posible defenderse, y la Junta, los guardias, los veterinarios y el Seprona se lavan las manos; no hay control y nadie busca soluciones".

Otro "gran problema" relacionado con los ataques del depredador sucede en las horas posteriores. La aparición de los buitres dificulta en gran medida la recuperación de los animales o incluso la identificación de los cadáveres, lo que complica aún más la recogida de vacas, potros o yeguas, como confirmó Pablo Peña.

Según la Junta de Castilla y León, en la provincia de Burgos tuvieron lugar 34 ataques de lobos de los 2.714 sucedidos en el año 2021 en toda la región. En el mes de mayo de 2022, en la localidad de Rozas de Valdeporres, cercana a Espinosa de los Monteros, el joven ganadero José Miguel sufrió diez ataques en su ganadería y perdió una docena de animales.  

La situación para el ganadero de vacuno y equino es "insostenible", pues a los destrozos que supone cada ataque de lobos, como la pérdida del animal, los daños de los animales malheridos y las pérdidas en productividad por el estrés producido sobre los animales tras el ataque, se suma la imposible identificación, al ser luego atacado por la alta población de buitres que hay en la zona. Hasta el mes de junio, en la provincia burgalesa se vieron afectadas 153 cabezas de ganado en solo seis meses entre ovejas, cabras y caballos.

Por otra parte, dos semanas después de la serie de ataques del depredador en Zamora y Salamanca, que provocaron la solicitud a Medio Ambiente por parte de COAG Castilla y León de la extracción de ejemplares ante la situación de desamparo de los ganaderos, "los ataques no cesan". Así, Ángel Delgado, alcalde de Monleras (Salamanca), fue víctima de una nueva agresión del cánido que devoró 20 ovejas la noche del martes 13 de septiembre. En diez días, el ganadero sufrió 40 bajas.