Los canes peregrinos ya están en Alemania

L.M.
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Los dos perros encontrados atados a una señal de la Ruta Jacobea han terminado en el país germano en manos de sus dueños

Las voluntarias alemanas, en la recogida de sus perros. - Foto: Alberto Rodrigo

La expresión popular Remover Roma conSantiago, que hace referencia a que, para la consecución de un fin determinado hay que recurrir a todas las instancias y posibilidades, se podría aplicar a pies juntillas al caso de Luis Miguel Ramos.El lacero burgalés, que trabaja para la Diputación de Palencia -y quien le contrate- recogiendo animales abandonados recibió una llamada hace dos veranos en la que le indicaban la presencia de dos canes atados a una señal en pleno Camino de Santiago, en territorio palentino. Una vez los capturó, los llevó a sus instalaciones en Castañares, donde comprobó asombrado que el microchip le indicaba que su procedencia era Alemania. «Las competencias no están transferidas, por lo que si son de fuera de la comunidad solo puedes ver el origen, no el dueño», indica.

Puso en conocimiento delSeprona la situación, y desde el Cuerpo le trasladaron el mensaje de que iban a tratar de localizar al propietario. «No recibí contestación», asegura Ramos, que visto el panorama decidió coger el asunto por los cuernos. «Me puse en contacto con un policía de Palencia, a través del cuál averigüé la dirección del dueño.Cuando hablé con él me dijo que los perros eran de una peregrina alemana que les abandonó en Carrión», lamenta. Visto lo visto, y a través del traductor que la aplicación Whatsapp lleva incorporado, se escribió con una protectora de animales del país germano, que le hizo el favor de, rastreando la referencia del microchip, localizar a su actual propietario.

sorpresa. Fue la que se llevóLuis MiguelRamos cuando sus colegas alemanes le comunicaron que el dueño se encontraba en la cárcel. La entrega de los canes parecía que se complicaba, hasta que la protectora alemana dio con su mujer, que sí estaba libre. «Se declaró insolvente, no podía costear su regreso o su manutención en Burgos», afirma el lacero. La asociación decidió hacerse cargo de los gastos de alojamiento y alimentación hasta que pudieran viajar a España a por ellos, y a finales del año pasado vinieron en furgoneta hasta las instalaciones de Castañares tres voluntarias.

«Todos los trámites que tenían que haber hecho las administraciones los hicimos nosotros a nivel particular y de protectoras, tirando de amistades. En el Seprona me llegaron a confesar que la Europol estaba llevando el tema, pero no sé qué habrá pasado», admite, que chapurreando inglés junto a los trabajadores de su residencia pudo entenderse con las viajeras alemanas, que entregaron los canes a su dueña una vez llegaron a su destino.