Luis Miguel lleva dos décadas capturando animales perdidos y extraviados, se define a sí mismo como "lacero profesional" y también gestiona la Residencia Canina Ramos, en Castañares. Conoce perfectamente el mundo de los animales en general y de las mascotas en particular en la provincia de Burgos, y coincide con las protectoras en que "ahora se denuncia más y se llama más al Seprona", aunque matiza igualmente que "no hay más abandonos ni maltratos que antes".

A su juicio, "han cambiado cosas que antes en el mundo rural se entendían como normales. Por ejemplo, que haya perros agresivos cuidando fincas y que estén ellos solos". Por ello hace un llamamiento a diferenciar claramente abandono y maltrato, a no meterlo todo en el mismo saco pero también a que los dueños "no jueguen con la legalidad para que sea difícil meterles caña".

Ramos defiende la labor de los agentes de la Guardia Civil mientras apunta que "muchas veces su trabajo no tiene frutos porque la administración que tramita posteriormente las sanciones no trabaja", y lamenta que todavía queden casos de evidente daño a los animales que queden impunes.

Más costes. Eso sí, el responsable de esta residencia canina advierte contra las consecuencias indeseables de la ley de bienestar animal que está en tramitación y que puede traer consecuencias contrarias a las que en teoría pretende. Porque Ramos vaticina que "la nueva normativa va a provocar más abandonos".

Concluye Luis Miguel: "pretenden que todo el mundo castre a los animales, se pide eso indiscriminadamente y eso implicaría que nadie podría criar, y eso tristemente va a generar que la gente los abandone". Hay que tener en cuenta además que la castración, como cualquier otro procedimiento veterinario, implica una serie de costes que algunos dueños de animales podrían no estar dispuestos a asumir. De ahí que adviertan contra esta ley porque puede acabar volviéndose en contra de lo que pretende defender.