Noche de grafitis, ópera y... cinco meninas gigantes

L.N.
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La capital ribereña recupera el ambiente de las grandes ocasiones con conciertos, pasacalles y espectáculos repletos de público, desde la Plaza del Trigo hasta el parque de La Isla. Por fin abrieron los museos, aunque solo unas horas

Noche de grafitis, ópera y... cinco meninas gigantes - Foto: Luis López Araico

Fue una tarde-noche redonda. Hay ganas de salir. De despertar del letargo. Y ayer se demostró en Aranda de Duero, con calles y plazas repletas de gente para disfrutar de conciertos, arte urbano y una gran variedad de espectáculos que no sólo animaron la capital ribereña sino que le devolvieron el ambiente que se respira en las grandes ocasiones.

Una vez más, el público respondió. Ni un hueco libre para celebrar el décimo aniversario de Fetén Fetén en la Plaza del Trigo y eso que el calor apretó de lo lindo. También se llenó la iglesia parroquial de Santa María con motivo del concierto que ofreció la banda municipal de música Villa de Aranda.

Otro de los actos que hizo las delicias de pequeños y mayores fue el desfile que protagonizaron cinco meninas gigantes desde el Centro de Arte Joven hasta el balcón de San Juan. "¡Qué bonitas!", exclamó una niña a su paso. El pasacalles, cargado de colorido, música y unas pegadizas ganas de bailar, fue ganando fieles durante el recorrido, que después aprovecharon para regresar a los museos, abiertos con motivo de la Noche de Ronda, aunque sólo por unas horas.

Mientras, la Plaza Mayor acogió un sinfín de danzas y bailes participativos. Primero, break dance y hip hop. Después, yoga aéreo. Simultáneamente, en el parque de La Isla, niños y adolescentes disfrutaron de un festival de arte urbano y social que incluyó rap, baile, poesía y talleres de grafitis. Dieron rienda suelta a la creatividad y, spray en mano, crearon sus propios murales. Todo ello bajo una consigna clave: la de pintar para embellecer la ciudad, no para ensuciarla "con firmas cutres", como rezaban algunos carteles colocados para la ocasión. También hubo espacio para la prevención en el consumo de drogas con los más jóvenes, que pudieron experimentar las consecuencias del alcohol en sus propias carnes poniéndose unas gafas con efecto etílico.

Tras las actuaciones de Fra Infinito, María González o A. Scarxa y Dj Cristohff, llegó uno de los platos fuertes. La Casa de los Fantasmas se vistió de gala. No todos los días acoge un concierto de ópera. Desde el balcón, la soprano Helena Gallardo, el tenor Bernardino Atienza, el barítono Antonio Torres y la mezzosoprano Ana Molina proyectaron sus voces hacia el infinito. El artista ribereño Rubén Arrabal puso el broche con 'Enramada', una serie de imágenes proyectadas al mismo tiempo en la fachada y que acabaron con gritos de "¡bravo!".