Una liga muy loca

J.A.D.C.
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La impredecibilidad del Grupo VIII hace imposible sentenciar con certeza quién luchará por el ascenso y por el descenso a final de temporada

Precisamente el Bembibre, uno de los clubes más perjudicados en cuanto a resultados respecto a la primera vuelta, será el próximo rival de la Arandina en liga - Foto: Luis López Araico

Quedan aún varias semanas para decidir el futuro final de la clasificación del Grupo VIII de la 3ª RFEF y, aunque parece que a estas alturas las posiciones tanto por eludir el descenso como por la lucha del playoff se van perfilando poco a poco, habrá que esperar hasta las últimas jornadas de la temporada para poder hacer cualquier pronóstico certero.

Es así por la lucha enconada que mantienen algunos clubes por objetivos comunes -hasta siete conjuntos en caso el ascenso y cuatro más por la salvación-, pero también por los duelos directos que quedan aún por disputar entre ellos y, sobre todo, por la igualdad existente a nivel deportivo dentro de la categoría. Una circunstancia que ha propiciado trayectorias más que variopintas dentro de la evolución de la temporada (permitiendo como muestra reponerse a la Arandina de su duro inicio de curso), y que ha hecho que la primera y la segunda vuelta del campeonato no se parezcan en nada en cuanto a resultados se refiere.

Para muestra un botón. El que surge de poner en comparativa las ocho primeras jornadas de liga con su homónima tras las Navidades. Un hecho en el que chocan muy mucho lo diferentes que son los nombres de los protagonistas de cada una de las partes de la tabla y que deja, como ejemplo más extremo del caos existente al tratarse del caso más significativo, al Tordesillas de Miguel de la Fuente como club más damnificado al ubicarse actualmente en la décima posición con prácticamente todas sus opciones de playoff agotadas después de haber sumado sólo 2 puntos en este 2022, pero tras haber llegado también a ir segundo al ecuador de la primera vuelta con 16 puntos en 7 partidos.

Caso parecido al vallisoletano ocupan también al Júpiter Leonés y al Atlético Bembibre. El primero, porque tras haber sido líder absoluto del Grupo VIII con 19 puntos en las primeras ocho jornadas (lo sería hasta la doce, momento en que tomaría el relevo el Guijuelo), resiste a día de hoy por sus réditos anteriores al haber cosechado únicamente 8 puntos en el presente año y una sola victoria en los últimas cinco encuentros (lo que le ha hecho caer a12 puntos del primer clasificado). El segundo, porque tras alzarse de la mano de Carlos Tornadijo en zona de playoff con 13 puntos en el inicio de curso, se ha visto fuera de toda opción al ascenso después de haber caído en picado a mitad de la tabla tras una larga racha de malos resultados y un cambio de entrenador en el camino.

Lanzados. Ahora bien, dentro de esa sangría de clubes en 'desgracia', cabe destacar también algunos otros nombres opuestos a los anteriores. Caso por ejemplo del Almazán; un conjunto, el de Diego Rojas, que tras comenzar de forma no excesivamente brillante el curso (8º con 11 puntos), conseguía coger velocidad de crucero para meterse segundo en persecución de Guijuelo y Ávila gracias a una evolución más que positiva en la segunda vuelta (4º con 5 victorias y 2 derrotas), pero también del Astorga que, tras imponerse ayer miércoles al Diocesanos (0-1), ha logrado ascender hasta la octava posición (con 32 puntos), y protagonizar con ello el quinto mejor reinicio de 2022.

Números caóticos por tanto como se ve, pero que ayudan a mantener viva la emoción de la liga y, de este modo, la particular esperanza también de la Arandina de poder estar presente en el próximo playoff de ascenso pese a sus recientes tropiezos en Ávila y Almazán.

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