Salas se vuelca con las víctimas

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La villa habilita el polideportivo y espacios en el colegio de Primaria y en el instituto para alojar a vecinos de las localidades afectadas

Salas se vuelca con las víctimas - Foto: F2 Estudio Rebeca Ruiz

Cuando ocurre una desgracia lo más importante es mantener la cabeza fría y una buena dosis de temple. Con estas armas andaba ayer el alcalde de Salas de los Infantes, Paco Azúa, tranquilo, escuchando sin amontonarse las informaciones que le iban dando Protección Civil, Cruz Roja o el voluntariado de su pueblo y conociendo la evolución del fuego por boca de su homólogo de Silos, Emeterio Martín, con el que estaba permanentemente al teléfono y del que no recibía buenas noticias. Así se fueron tomando decisiones mientras el polideportivo municipal de la villa se iba llenando de vecinos procedentes de Santo Domingo de Silos, Santibáñez del Val, Carazo, Villanueva de Carazo y Hacinas, que fueron las localidades que tuvieron que ser evacuadas conforme las llamas iban devorando sus casas. 

En una esquina, un grupo de voluntarias preparaban bocadillos para quienes iban llegando. Una de ellas, Encarna Cuadrado, explicaba que en cuanto supieron que eran 'ciudad de acogida' se pusieron rápidamente las pilas, adecentaron las instalaciones e hicieron un listado de los productos que eran imprescindibles para poder aliviar las necesidades de las primeras horas. En otra, Arturo Almansa, aún presidente de Cruz Roja, coordinaba por teléfono la llegada desde Soria y Burgos de camas y kits de higiene personal que se iban apilando ordenadamente, y, más allá, la médica voluntaria Irene Martín, natural de Zamora, acompañaba a una mujer que acababa de recibir un tratamiento en la ambulancia por una crisis de ansiedad tras salir a la carrera del pueblo donde veraneaba, Santibáñez del Val. 

Martín se ofreció a echar una mano tras llegar ella misma como evacuada desde Santo Domingo de Silos donde estaba coordinando el campamento de Cristianos sin Fronteras con 106 personas de todos los puntos de España, la mayoría familias con hijos adolescentes. «Justo por la mañana habíamos hecho un simulacro y todo había funcionado muy bien. Estábamos tomando un café después de comer y sí que habíamos visto humo pero no nos imaginábamos que estaba tan cerca. Así que cuando ha venido la Guardia Civil salimos de allí ordenadamente». 

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