El Seprona ha formulado en las últimas semanas en Burgos 13 denuncias e identificado 20 motocicletas por infracciones a la Ley de Vías Pecuarias, Ley de Patrimonio Natural en concordancia con la Ley de Montes de Castilla y León y también por incumplimiento de la legislación existente en materia de Tráfico. Efectivos de la Junta y de la Guardia Civil han llevado a cabo esta actuación conjunta en respuesta a las quejas de vecinos, senderistas y cazadores de muchas zonas de la provincia afectadas por el tránsito irregular de motos todoterreno por lugares no habilitados y fuera de pista.
Ante la proliferación de quejas de ciudadanos relacionadas con actividades al aire libre, preferentemente durante los fines de semana, en las que participan vehículos 4x4, motocicletas y quads que circulan en muchos casos campo a través, ascendiendo o descendiendo laderas, horadando profundamente el terreno, agentes tanto del Seprona de la Guardia Civil como del Servicio de Medio Ambiente de la Junta han desplegado durante estas últimas semanas un amplio dispositivo de vigilancia por toda la provincia.
Las infracciones detectadas se han centrado principalmente en la comarca del Arlanza y en el Alfoz de Lara, donde se ha verificado el continuo paso de estas motorizaciones de gran potencia, a veces a grandes velocidades para salvar los desniveles o las dificultades orográficas, que originan surcos y degradan por erosión la cubierta vegetal.
Roderas y daños ocasionados por las motos en el medio natural. Fruto del intercambio bidireccional de la información recabada se han identificado a más 20 vehículos y se han confeccionado 13 denuncias por las infracciones detectadas, que van desde la circulación por vías abiertas al tráfico careciendo de placas de matrícula, por no estar en posesión del Seguro Obligatorio de Automóviles (S.O.A.) o por circular por montes de utilidad pública, vías pecuarias y entornos naturales sin autorización, que pueden repercutir en serias sanciones económicas, al sorprenderles cuando circulaban por el monte fuera de las pistas y por lugares no autorizados e incumplir la normativa.
Además del lógico malestar de otros usuarios por el perjuicio que les crea, al dificultar o limitar la circulación, estas maniobras ocasionan un severo daño al entorno natural, por lo que por parte de ambas instituciones se continuará con la vigilancia y se intensificarán los servicios.
Este tipo de conducción requiere de unos determinados permisos y está sujeta tanto a la legislación nacional como a la normativa autonómica de cada Comunidad que lo regula, y además supone un riesgo al poner en peligro la fauna y la flora local, la vida propia de quien la realiza y la de terceras personas como ciclistas o paseantes que transitan por estos parajes, sin olvidar la posible contaminación acústica en que se puede incurrir.